Al menos 91 personas murieron por el fuego, que afectó principalmente a la zona de Mati, a las afueras de Atenas. Muchas de las víctimas quedaron atrapadas en calles estrechas o en carreteras hacia el mar que estaban cerradas, al tiempo que se confirmaron decenas de construcciones sin licencia.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha anunciado la demolición de 3.200 inmuebles en el marco de unos trabajos que comenzarán con efecto inmediato en Atica. "Lo mismo se aplicará al resto de Grecia", ha afirmado el jefe de Gobierno desde Lavrio.
“Estamos decididos a que no se olvide nada y asumiremos el coste" político, ha añadido Tsipras, cuyo Gobierno ha sido acusado por la oposición de responder con lentitud a uno de los desastres naturales más graves sufridos por Grecia en su historia reciente.