Handicap International anima a todos los actores humanitarios a una ayuda más inclusiva con los discapacitados

EUROPA PRESS 03/12/2017 09:46

Alrededor de una de cada siete personas en el mundo vive con algún tipo de discapacidad, incluidos 93 millones de niños. Estas personas pueden ser más vulnerables en momentos de emergencias o conflicto, pero desde los gobiernos, la ONU y las ONG se están dando pasos positivos para no dejarlas atrás a la hora de ofrecer asistencia. No obstante, aunque desde la aprobación de la Carta sobre la Inclusión de Personas con Discapacidad en la Acción Humanitaria en 2016 se han hecho avances, aún queda mucho por hacer y todos los actores humanitarios tienen su granito de arena que aportar.

"Antes teníamos que insistir en por qué es importante la inclusión de las personas con discapacidad en la respuesta ante emergencias humanitarias, ahora lo que interesa es el cómo hacerlo", explica a Europa Press Ricardo Pla Cordero, responsable en acción humanitaria inclusiva de Handicap International. "Ya se ha asumido que es algo que tiene que considerarse" a la hora de preparar la respuesta ante una crisis, precisa.

Desde que la Carta fue aprobada en mayo de 2016, un total de 22 países, entre ellos España, así como la UE y numerosas agencias de la ONU, ONG internacionales y organizaciones de personas con discapacidad, se han sumado a ella, y, según Pla Cordero, las organizaciones reclaman cada vez más "ayuda técnica".

Para cubrir esta necesidad, Handicap International está trabajando en la elaboración de una guía interagencias con recomendaciones para hacer que la ayuda sea más inclusiva y ya ha lanzado junto al Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) una 'Guía para la inclusión de niños con discapacidades en la acción humanitaria'.

Este último documento, explica el responsable de Handicap International, está compuesto de una guía general y otras cinco que abarcan sectores clave para UNICEF: nutrición, salud y VIH, educación, protección de la infancia y agua y saneamiento. Su destinatario son tanto los coordinadores como los trabajadores humanitarios que están "en primera línea" y el objetivo es ofrecerles "información práctica" a la hora de llevar a cabo su labor, señala.

Por ejemplo, precisa, se aconseja cómo comunicarse con niños con discapacidad y cómo obtener y darles información, ya que, lamentablemente, "se tiende a pensar que todas las personas con discapacidad son dependientes" y por tanto la información suele trasladarse a su cuidador, lo que conlleva una pérdida de su "dignidad". Hablar directamente con ellos "es algo básico y un detalle de respeto que reconoce la individualidad de estas personas".

También se ofrecen consejos sobre cómo amamantar a niños discapacitados o cómo madres con discapacidades pueden garantizar la lactancia materna a sus hijos, garantizando así tanto el derecho del menor a ser amamantado como de la madre con discapacidad a ser madre también en un contexto humanitario.

MÁS INTEGRACIÓN Y MENOS DISCRIMINACIÓN

En el plano de la educación, se aconseja a padres, cuidadores, profesores y compañeros de clase para "una mayor integración y una menor discriminación" de los niños con discapacidades, además de proponerse entre otras cosas "juegos accesibles" para estos niños, explica el experto.

Estos consejos son extrapolables a los espacios amigos de la infancia que suelen crearse en todas las grandes emergencias humanitarias y que son clave para proteger a los niños de posibles abusos cuando sus padres tienen que ir a buscar ayuda y de ofrecerles un entorno en el que seguir aprendiendo o simplemente jugar con otros menores.

Sin embargo, lamenta Pla Cordero, "una y otra vez vemos que no hay niños con discapacidad en estos lugares, lo cual no significa que no los haya". Ya pasó en Filipinas con el tifón 'Haiyán' en 2013 y está pasando ahora con la llegada de más de 600.000 refugiados rohingya a Bangladesh, incide. El problema, añade, es que "los padres tienen miedo de llevarlos, temen que no reciban el cuidado necesario y quienes trabajan en ellos no saben cómo integrarlos".

En este sentido, el responsable de Handicap International reclama "evitar caer en la tendencia de pedir que haya personal especializado". "Es importante que haya especialistas pero existe una tendencia a delegar en ellos", lamenta. En crisis en las que están presentes Handicap International o CBM, organizaciones ambas especializadas en la ayuda a personas discapacitadas, el resto de ONG "dicen 'ya lo harán ellos'".

"Eso es incorrecto porque no tenemos la capacidad de responder a todo y porque es la responsabilidad de todos responder a todas las personas que tienen necesidades sin discriminación", defiende Pla Cordero. Eso no significa, agrega, que no sean necesarios "expertos que puedan ofrecer un apoyo muy puntual en casos muy específicos", como los intérpretes de la lengua de signos en un caso de una declaración por abusos.

"TODOS PODEMOS HACER ALGO"

"Todo el mundo puede hacer algo y de eso tratan este tipo de guías", subraya, incidiendo en que todos los que trabajan en asistencia humanitaria "tienen que saber que tienen una responsabilidad de saber responder a cualquier persona que tenga una necesidad y acuda a pedir ayuda".

"Se trata de subir el nivel de conocimiento de los actores humanitarios en general y que todo el personal dentro de su responsabilidad sepa qué tiene que conocer mejor para ser más inclusivos", insiste Pla Cordero, además de la existencia de organizaciones especializadas en determinados servicios para los que se necesita una destreza particular.

Muchas veces, subraya el responsable de Handicap Internacional, todo se resume en "que expliquemos las cosas de forma más sencilla y que se ofrezca la información por distintos canales". "Cuanto más diversificada está la información más gente puede tener acceso a ella y si además es simple te aseguras que no solo casi todas las personas con discapacidad sino la gran mayoría de las que no la tienen puedan acceder a ella", aclara.

NECESIDAD DE DATOS PRECISOS

Otro de los aspectos en los que Handicap International está trabajando para una mayor inclusión en la respuesta humanitaria es que haya datos desagregados de las personas con discapacidad. "Para hacer que las personas cuenten tenemos que contarlas bien", resume, "y hasta ahora eso no ha pasado con las personas con discapacidad".

Tradicionalmente, a la hora de realizar censos de personas se formulaba una única pregunta: "¿eres discapacitado?". Sin embargo, resalta Pla Cordero, la pregunta no era la correcta y no ofrecía los datos reales, puesto que "en muchas lenguas hay un estigma en torno a la palabra discapacidad" ,no todas las personas que tienen discapacidad se consideran como tales, y no todas las discapacidades son reconocidas igualmente en todos los países.

Para paliar esa brecha, se ha formulado un nuevo set de seis preguntas que tiene en cuenta que los discapacitados son un grupo "muy heterogéneo". Estas preguntas "se están usando cada vez más en censos de población" pero en la respuesta humanitaria "no se conocen mucho" por lo que "tenemos en marcha un proyecto para que lo conozca más gente y estamos teniendo mucho éxito". Ya se está usando, precisa, en Jordania, República Democrática del Congo, Siria o Sudán del Sur, y el objetivo es tener un mejor conocimiento de las personas afectadas por crisis y conflictos humanitarios.