Los proyectiles han impactado en las áreas de Al Kayyal, Adus y Al Basatin, todas ellas situadas en Baalbek, uno de los bastiones de Hezbolá en el país, según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
En los últimos días, decenas de proyectiles disparados por los grupos opositores armados han impactado en Baalbek y otros puntos del valle de la Bekaa después de que los rebeldes afirmaran que responderían contra objetivos del partido-milicia en territorio libanés por su participación en el conflicto en Siria.
Hezbolá ha mantenido durante el conflicto en Siria su apoyo al presidente, Bashar al Assad, y ha abogado públicamente por la resolución política del conflicto y por la introducción de reformas democráticas en el país.
La participación de Hezbolá del lado de las fuerzas gubernamentales en la batalla por Qusair, de gran importancia estratégica, terminó por inclinar la balanza en favor de las tropas regulares, que se hicieron con el control de la ciudad el miércoles tras semanas de combates.
En su discurso de este viernes, Nasralá ha indicado que el grupo "se ha limitado a asumir su parte de responsabilidad en este 'proyecto' alimentado por estadounidenses, israelíes y apóstatas".
"Hemos sido los últimos en intervenir en Siria", ha hecho saber Nasralá, quien ha criticado que organizaciones libanesas contrarias al Gobierno de Al Assad, como el movimiento Futuro de Saad Hariri (cuyo padre, el exprimer ministro Rafik Hariri, fue supuestamente asesinado por operativos sirios), "se han implicado en el conflicto antes que Hezbolá" a favor de los rebeldes.
"Lo que no vamos a decir es que estamos mandando a nuestra gente a Siria para repartir mantas y leche", ha sentenciado. "Conocemos muy bien las consecuencias y estamos dispuestos a asumirlas. Donde se nos necesite, allí estaremos. Hemos comenzado a asumir nuestra responsabilidad y seguiremos haciéndolo, y creo que no hace falta dar más detalles", ha remachado.
Por último, ha señalado directamente a la Embajada de Estados Unidos en Beirut como responsable de alimentar el actual conflicto político abierto en el seno del Tribunal Constitucional libanés, que hasta ahora ha sido incapaz de pronunciarse sobre un nueva ley que aplaza las elecciones hasta noviembre de 2014.