Morsi se encuentra incomunicado y en paradero desconocido desde el golpe de Estado en el que fue derrocado el pasado 3 de julio después de un año de mandato con continuas confrontaciones con la Judicatura.
El punto álgido de estas tensiones fue en noviembre de 2012, cuando publicó una declaración constitucional en la que Mursi se atribuyó poderes extraordinarios, destituyó al fiscal general egipcio e inmunizó a las dos cámaras del Parlamento ante posibles disoluciones dictaminadas por los tribunales.
El 26 de julio un tribunal dictó prisión provisional de 15 días para facilitar las investigaciones abiertas por espionaje, colaboración con Hamás y Hezbolá y por su fuga de la prisión de Wadi el Natroun durante las revueltas contra el anterior presidente, Hosni Mubarak. Ahora el tribunal ha prorrogado por otros cuatro días su arresto.