La imagen que se contempla al este de Gaza es la imagen de la masacre. Cuerpos tendidos en el suelo, muchos de ellos de niños, yacen junto a edificios completamente destruidos por los bombardeos. Gritos de desesperación aún resuenan tras el ataque que se produjo anoche, el mayor ataque israelí contra civiles desde que comenzase la ofensiva. Al menos 40 muertos y 400 heridos fue el balance del terrible episodio que ha obligado a Israel a aceptar una tregua humanitaria de dos horas para que los equipos sanitarios puedan acceder a la zona. Los hospitales continúan recibiendo miles de heridos cada día y en su morgue se acumulan los cadáveres. Por este motivo la huída es masiva y se cuentan ya más de 60.000 palestinos desplazados en los centros de ACNUR. En total, desde que comenzase el pasado 8 de julio la ofensiva se contabilizan 350 fallecidos y más de 3.000 heridos en gaza, y 7 fallecidos, –cinco de ellos soldados y dos civiles–, del lado israelí.