El Ministerio de Defensa de Kenia ha confirmado hasta el momento que el ataque comenzó con la detonación de coches bomba con terroristas suicidas al volante, que "los soldados afectados forman parte de una compañía" y que la situación sigue siendo "peligrosa, volátil y fluida".
Por otro lado, y en otro comunicado también publicado hoy por el Ministerio del Interior, el jefe del Estado Mayor del Ejército keniano, el general Samson Mwathethe, también ha verificado que "se ha recibido información sobre soldados que están siendo empleados como escudos humanos por Al Shabaab".
Tanto la ministra de Defensa, Raychell Omamo, como el general Mwathethe, han anunciado que no publicarán detalles sobre el número de víctimas ni su identidad más allá de la comunicación a sus familiares hasta que la situación se haya normalizado.
A ello hay que añadir que decenas de residentes de la ciudad de Ceel Cado -- a unos 550 kilómetros de la capital, Mogadiscio -- han huido de los combates, dado que los milicianos han empleado la ciudad como trampolín para lanzar la ofensiva. "Hay gente de Al Shabaab en cada esquina", ha relatado el comerciante Abdulahi Iidle.