Entre divertidos e indignados, los ciudadanos lo tocan todo. Curiosean y fotografían esta mansión de lujo obsceno al más puro estilo del Gran Gatsby. Mármoles, oro por doquier, en relojes, en esculturas y hasta en los baños. Cristal de Bohemia, el mejor alcohol y la cara de Yanukóvich en las etiquetas de las botellas.
Total de un ciudadano. "Estoy satisfecho de que se haya ido y debería devolver todo lo que ha robado"
Hoy se conforman con sentarse en sus sofás y disfrutar al menos por unas horas de una propiedad que tendrán que devolver al Estado.