Se trata de la primera protesta importante en Grecia desde hace casi un mes y se convertirá en la señal para medir cómo ha aceptado el pueblo griego el cambio de gobierno, que ha demostrado que seguirá luchando contra la subida de impuestos y recortes de gasto.
La manifestación de este jueves servirá también para recordar a los miembros del Parlamento que, tras cuatro años de recesión, aumento de los impuestos y recortes de las pensiones y los salarios, los griegos están hartos.
"Mucha gente no se espera ninguna solución, pero otros esperan demasiado. En el fondo, todo el mundo sabe que no pueden cambiar las políticas y que las medidas puede ser aún peor", explica Mary Bossis, profesor de Seguridad Internacional en la Universidad de El Pireo.
Las encuestas muestran que tres cuartas partes de los griegos apoyan al ex vicepresidente del Banco Central Europeo, Papadimos, como nuevo presidente después de décadas de gobierno del partido socialista PASOK y Nueva Democracia conservadora.
El gobierno de coalición de Papadimos ha superado el primer obstáculo al recibir la confianza del parlamento griego por abrumadora mayoría. Ahora, se enfrenta a la dura tarea de poner en marcha las reformas impopulares que exigidas desde Europa.