La oposición de congresistas estadounidenses a la iniciativa presentada en la ONU por los palestinos, que solicitan su pleno reconocimiento como Estado, ha dejado en el aire la concesión de 200 millones de dólares (150 millones de euros) en ayuda que iría destinada a proyectos económicos y humanitarios, según han confirmado la Autoridad Palestina y fuentes diplomáticas occidentales.
La decisión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de acudir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha levantado las críticas de parte de los congresistas norteamericanos. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido a los legisladores que no bloqueen la ayuda, pese a que él mismo también se ha posicionado en contra de la iniciativa palestina.
La administración palestina, en un comunicado difundido tras un encuentro celebrado este martes, dijo tener "esperanza" y confiar en que "el Congreso de Estados Unidos reconsidere la congelación de la ayuda asignada a la Autoridad Palestina".
El ministro de Economía palestino, Hassan Abu Libda, ha lamentado que "algunos sectores en el Congreso (de Estados Unidos) están en contra no sólo de los intereses del pueblo palestino, sino también contra la posibilidad de que crezca un pueblo bajo ocupación". "La decisión tendrá efectos negativos en la opinión pública palestina y afectará a la credibilidad de Estados Unidos", ha añadido.
El ministro ha recordado que el dinero en cuestión, aprobado para su entrega este año, comprende, entre otros proyectos, planes del sector privado y trabajos para mejorar infraestructuras o las redes de agua.
Los proyectos financiados por la agencia de ayuda estadounidense (USAID) durante el último trienio incluyen un plan de cinco años para desarrollar el sector sanitario, tanto formando a sus trabajadores como rehabilitando y equipando instalaciones. Ninguno de estos programas, valorados en un total de 87 millones de dólares, ha quedado de momento suspendido, según ha confirmado el ministro de Sanidad, Fathi Abu Maghly.
La Autoridad Palestina, que controla Cisjordania, depende en gran medida de la ayuda internacional. Sus escasos recursos la han llevado en varias ocasiones a no pagar a tiempo o por completo a sus 150.000 funcionarios, mientras trata de hacer frente a un déficit que este año alcanzará los 900 millones de dólares.
La Unión Europea, el mayor donante, ha aclarado que seguirá financiando al Gobierno que encabeza Mahmud Abbas.