Según informa el diario chino 'Global Times', mientras los vehículos avanzan 'a paso de caracol', las autoridades todavía tratan de descongestionar este embotellamiento que comenzó el pasado 14 de agosto debido a un incremento de camiones en la autopista Pekín-Tibet.
La situación empeoraba días después, a partir del día 19, con motivo de unas obras de mantenimiento, tal como confirma un portavoz de la Oficina de Dirección de Tráfico de Pekín. La publicación añade además que el asunto está agravándose con pequeños accidentes de tráfico.
La vía ha sufrido daños por el gran volumen de vehículos pesados que están circulando sobre ella en estos últimos días. Sobre ella pasan actualmente vehículos con un peso mayor a las ocho toneladas, "cargados de carbón o frutas", cuando la carretera es sólo apta para camiones de menos de cuatro toneladas.
El rotativo por ahora no da grandes esperanzas a los miles de conductores afectados por este espectacular atasco, ya que asegura que la congestión durará casi un mes (el fin de las obras no está previsto hasta el 13 de septiembre).
La preocupación por la seguridad es cada vez mayor entre los conductores chinos, mientras 400 policías de tráfico tratan de mantener el orden en la vía.
De situaciones como estas siempre hay quien saca beneficio y los comerciantes locales aprovechan esta trampa sin salida en la que se encuentran centenares de chinos para vender artículos de primera necesidad a precios superiores.
"Venden fideos cocinados a un precio cuatro veces superior al original", comenta uno de los camioneros a la publicación.
Este tipo de atascos no son ninguna novedad en la autopista de Pekín-Tíbet. El pasado mes de julio también fueron habituales en este tramo de carretera, en la provincia norteña de Hebei.