MSF reclama acceso humanitario seguro para poder atender a las víctimas del conflicto en Yemen

EUROPA PRESS 09/04/2015 17:29

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reclamado este jueves a todas las partes enfrentadas en el conflicto en Yemen que permitan un acceso humanitario seguro con el fin de poder hacer llegar los suministros y el personal necesario para atender a los heridos y afectados por el actual conflicto.

Según ha explicado a Europa Press desde Saná la coordinadora general de MSF, Marie Elisabeth Ingres, el cargamento de 1,7 toneladas de suministros que llegó el miércoles por barco a Adén, la segunda ciudad del país, y el equipo médico no son suficientes. Es una ayuda a corto plazo que estiman servirá para cubrir "las necesidades durante tres semanas".

Ingres ha explicado que en Saná aunque hay algunos bombardeos de artillería la situación está más controlada y ha reconocido que les preocupa particularmente Adén. Según ha dicho, entre el 19 de marzo y el 6 de abril recibieron en esta ciudad unos 600 heridos pero "en los últimos días la situación ha empeorado, hay combates en las calles día y noche" y sin embargo no están llegando apenas heridos.

En algunas zonas de la ciudad hay cortes de luz y agua y los enfrentamientos impiden a la población moverse o incluso huir, lo que dificulta también al personal del hospital de MSF llegar a sus puestos de trabajo. "Cada mañana no sabemos si podremos llegar al hospital y si tendremos personal para atender a los pacientes", ilustra.

Según la responsable de MSF, "la gente se queda en sus casas" y los heridos "no consiguen llegar al hospital". Además, "hay miedo porque se han producido algunos ataques contra ambulancias". Por ello, ha afirmado, "nuestra principal petición es que las partes enfrentadas permitan a los heridos llegar al hospital".

Ante estas circunstancias, ha defendido que lo que necesita MSF "es tener un acceso humanitario regular para ser capaces de recibir nuestros suministros y nuestros equipos y que los combatientes garanticen que el personal y las ambulancias pueden circular".

Según ha explicado, necesitarían más personal para poder llegar a aquellas personas que no pueden tener acceso a un hospital y porque en Yemen, ha indicado, el sistema sanitario se está desmoronando, ya que el personal era en buena medida extranjero y ha sido evacuado, y debido a la inseguridad.

MSF confía en que al envío por barco de ayer puedan seguir otros y asimismo espera conseguir enviar un avión con suministros a Saná en las próximas horas o días para poder enviar suministros a uno de sus hospitales fuera de la capital y para "estar preparados por si hay una emergencia en Saná o en otras partes".

Así las cosas, ha pedido también a la comunidad internacional que "inste a todos los actores implicados en el conflicto que respeten al personal sanitario, las instalaciones médicas, los hospitales, las ambulancias".

TESTIMONIOS DEL PERSONAL

El personal de MSF también está acusando la situación y está desbordado. Anees Dayan, enfermera de emergencia de MSF, reconoce que en el hospital de Adén "hemos recibido muchas víctimas desde que MSF empezó a trabajar aquí en 2012, pero la situación nunca ha sido tan mala como ahora".

El "alud" de heridos que recibieron tras el inicio de la reciente violencia "fue un shock para nosotros, pero finalmente hemos sido capaces de controlar la situación y actuar con responsabilidad y manejar las cosas".

Dayan reconoce que ha sido especialmente "triste" para ellos porque "estábamos recibiendo gente de los alrededores de nuestro hospital, gente de mi barrio, e incluso personas que conozco personalmente". Según explica, su familia le reprocha que les deje solos para ir a trabajar pero, afirma tajante, "soy enfermera y esto es lo que debo hacer".

"Para mí es muy difícil dejar a mi familia sola durante doce horas, pero también lo es no cumplir con mi trabajo como enfermera en momentos como estos", asegura.

En el caso de Liqa, farmacéutico de MSF, no ha podido abandonar el hospital "desde el 19 de marzo, cuando empezaron los enfrentamientos". "Las calles son demasiado peligrosas y no hay otro farmacéutico en el hospital, así que me tengo que quedar aquí", explica.

Al igual que Anees, está convencido de lo que hace. "En el hospital se viven situaciones duras, pero los trabajadores de la salud tenemos que permanecer fuertes. Hasta ahora hemos sido capaces de contener la situación, pero la preocupación por nuestras familias hace que todo sea muy estresante para nosotros", afirma.

"No he visto a mi familia desde el 19 de marzo, y solo puedo hablar con ellos por teléfono. Me cuentan que no han tenido acceso a agua durante dos días y que solo tienen electricidad durante unas horas. Estoy muy preocupado por ellos", confiesa.