La policía de frontera de Estados Unidos le está poniendo las cosas difíciles a los narcos mexicanos en la linde de Río Grande. La costumbre de lanzar sus vehículos cargados de droga al cauce para salvarse y poner a buen recaudo la mercancía se ha acabado. Las fuerzas de seguridad cuentan con nuevas lanchas rápidas armadas con ametraladoras que impiden estas arriesgadas maniobras e intimidan a los peligrosos narcotraficantes.