El culpable, según informa el portal Rusia Tuday (RT), fue un barrendero de Oporto al que habían despedido por asistir borracho al trabajo. El trabajador decidió demandar a la empresa ante un tribunal y ganó la sentencia. El resultado de la misma fue volver a su puesto y recibir una indemnización por los 14 meses que se le había impedido acudir a trabajar.
Este caso tan concreto pone de manifiesto que, gracias a la sentencia del Tribunal portugués, los obreros de esta empresa pueden acudir al trabajo con unas cuantas copas de más. De hecho, el juez instructor del caso decretó que el obrero no violó ningún reglamento interno de la empresa porque en el estatuto no hay normativa alguna relacionada con el consumo de alcohol.
Tras esta batalla ganada, los barrenderos de Oporto pueden asistir a su puesto de trabajo después de haber bebido algo más que un carajillo después de comer. "Hay que tener en cuenta que trabajador en ese estado se olvida de las dificultades de la vida y se le ve feliz. Esto tiene un impacto positivo en el resto de trabajadores. Lo ven y piensan: miren lo feliz que esa persona recoge la basura", señaló el tribunal.
Por si fuera poco, la autoridad jurídica aconsejço a la empresa que estableciera un límite para el consumo de alcohol de sus trabajadores: "Seamos realistas, a ellos no les será fácil", concluyó el juez.