La conferencia, que comenzó y finalizó hoy, se produce tras la tregua suscrita por Israel y el grupo palestino islamista Hamás, movimiento palestino no reconocido por la Comunidad Internacional.
El ejército israelí llevó a cabo una ofensiva militar contra Gaza entre el 27 de diciembre y el 18 de enero, que causó más de 1.400 muertos y pérdidas materiales valoradas en 1.900 millones de dólares.
La secretaria de Estado estadounidense, Hilary Clinton, resumió la idea de gran parte de los participantes en la cumbre sobre este grupo islámico: "Hamás no es un país, es una entidad que tiene que entender cuáles son los principios de cualquier compromiso, no sólo para EEUU, sino para el Cuarteto que está compuesto por la ONU, Rusia, la UE y EEUU, así como para la Liga Arabe".
"Hay ciertos principios que Hamás tiene que adoptar para que cualquiera de nosotros se comprometa con él: reconocer a Israel, renunciar a la violencia y aceptar los acuerdos firmados anteriormente por la OLP (Organización para la Liberación de Palestina)", dijo Clinton.
Todos los países han mostrado su esperanza y optimismo a partir de que Hamás acordara, el pasado jueves, un gobierno de unidad nacional con su principal rival, el movimiento nacionalista Al Fatah, cuyo líder, Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ha recibido el apoyo de todos los países en detrimento del grupo islamista.
"He podido sentir que hay una voluntad (por parte de Hamás) de trabajar por la reconciliación palestina", comentó en este sentido el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, a partir de las conclusiones que había sacado de sus reuniones con varios dirigentes árabes.
Los reunidos también han convenido que no se crearán nuevas herramientas para el reparto de las ayudas y, de momento, el primer ministro palestino de la ANP, Salam Fayad, que sólo ejerce su gobierno sobre Cisjordania, ha asegurado que ha alcanzado un acuerdo con diez bancos de la Franja de Gaza a fin de otorgar créditos para la reconstrucción.
Pero ese dinero no pasará por las manos de Hamás, una organización a la que EEUU y la Unión Europea mantienen en la lista de grupos terroristas.
En el comunicado final aprobado tras la conferencia y leído por el ministro de Exteriores egipcio, Ahmad Abul Gheit, insta a los palestinos al diálogo y se pide a Israel la reapertura de las fronteras de Gaza, que están bloqueadas desde que Hamás tomó por la fuerza el control de la Franja palestina, en junio de 2007.
Algunos estados, como Noruega, fueron más lejos y aseguraron que Israel debería afrontar sus responsabilidades por la destrucción de Gaza y dar garantías para no volver a destruir la infraestructura levantada durante años con la ayuda internacional.
Sin embargo, Clinton, que confesó que la creación de un estado palestino junto al israelí está no sólo en su corazón, sino en su agenda, se preguntó cómo debe responder Israel al lanzamiento de cohetes por parte de Hamás.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, se expresaba con claridad sobre este asunto al asegurar que "hoy como ayer, no hay una solución militar para Gaza".
La reunión, en la que no se han propuesto iniciativas políticas, aunque sí se ha instado a la celebración de una conferencia de paz, ha servido para mostrar la solidaridad internacional con el pueblo palestino, como han remarcado las delegaciones los estados presentes.
Ahora, todos tienen puestas sus esperanzas en una reconciliación entre Hamás y Fatah para poder crear un gobierno de unidad nacional bajo la batuta de Mahmud Abás y poder avanzar hacia una paz global.
Ahora la pelota parece estar en manos de Hamás. Todos los planes anunciados hoy esperan su cooperación y la aceptación de las exigencias expresadas por Clinton, pero Hamás insiste en su negativa a reconocer a Israel y abandonar la lucha armada para la liberación de todos los territorios palestinos.
El diálogo interpalestino que está previsto que arranque en El Cairo el próximo 10 de marzo servirá para despejar cuáles son los pasos que han quedado pendientes tras la reunión de hoy.