Al menos once civiles han muerto este jueves por disparos de las fuerzas de seguridad sirias durante un asalto en la localidad de Qusair, próxima a la frontera con Líbano, según han informado en un nuevo balance activistas y grupos de Derechos Humanos.
Tropas respaldadas por tanques irrumpieron durante la noche en Qusair para aplacar las protestas que pedían el fin del régimen de Bashar al Assad. A las once víctimas de Qusair se sumaría, además, una persona que ha sido abatida en la ciudad costera de Latakia.
Por otra parte, más de una decena de tanques y vehículos blindados han irrumpido en la localidad de Saraqeb, asentada junto a la carretera que comunica el norte y el sur del país. Los residentes de esta ciudad han explicado que unas cien personas han sido arrestadas durante este operativo.
Las ciudades del norte han sido objetivo específico de la represión en los últimos días, en los que pese al Ramadán se han vivido nuevos ejemplos de la represión que, desde marzo, ha causado la muerte de al menos 1.700 civiles, según grupos de Derechos Humanos. El Gobierno, por su parte, denuncia que 500 soldados y policías han muerto en los últimos meses a manos de "grupos armados terroristas".
La organización Sawasiah ha denunciado que al menos 30 personas fueron detenidas esta mañana en Alepo, durante una operación de búsqueda que también ha tenido lugar en la provincia de Idlib, en los suburbios de Damasco, y en la región de Hauran.
Los Comités de Coordinación Local, otro grupo de activistas, ha indicado que nueve detenidos han muerto en los últimos diez días a causa de la tortura sufrida en Homs, Deraa, Damasco y sus suburbios.
CALLES VACÍAS EN HAMA
Las autoridades han acompañado este jueves a un grupo de periodistas turcos a la ciudad de Hama, asediada durante una semana y cerrada, al igual que el resto del país, a los medios de comunicación extranjeros.
Las calles de Hama aparecían este jueves vacías, aunque en ellas aún se podían ver restos de los recientes enfrentamientos como ventanas rotas o tiendas cerradas.
El Gobierno anunció ayer que el Ejército había completado su repliegue de esta ciudad, convertida ya en símbolo de la resistencia contra Al Assad. Aunque los periodistas no vieron tanques durante su visita guiada, en varios puntos de la ciudad y en los tejados todavía seguían apostados soldados del régimen, mientras que las oficinas del gobernador permanecían flanqueadas por dos vehículos militares.
Los periodistas también han podido recoger los testimonios de algunos vecinos que, mayoritariamente y mediante la mediación de un traductor del Gobierno, han explicado que el Ejército entró en la ciudad para dispersar a los grupos que bloqueaban carreteras y quemaban edificios.
Sólo un joven, con la cara tapada, trasladó a los medios un mensaje diferente. "Nos veis, no tenemos armas, pero nos están atacando con tanques y aviones", ha lamentado. "Le digo al presidente Al Assad que, aunque sera difícil, le echaremos del poder", ha advertido.