"Al menos 16 delincuentes juveniles fueron ahorcados entre 2014 y 2015, lo que convierte a Irán en uno de los pocos países que aún recurren a esta práctica pese a que el Derecho Internacional la prohíbe estrictamente", ha dicho.
Asimismo, ha expresado su preocupación por los errores en el sistema de justicia en el país, reclamando a las autoridades que reformen sus normativas para garantizar que ningún menor de edad es condenado a muerte.
Shahid ha afirmado que, si bien el país ha registrado algunos avances en la reforma legal, muchos acusados de delitos relacionados con la seguridad nacional o las drogas carecen del derecho a un juicio justo, siendo además sometidos a torturas e incomunicación.
Por último, ha reclamado a la comunidad internacional que continúe apoyando al Gobierno iraní para que avance en el cumplimiento de sus obligaciones con el Derecho Humanitario.