El almuerzo - consistente en especialidades típicas de la cocina coreana-- tuvo lugar en el seminario mayor de Daejeon, según informa Radio Vaticano, y también contó con la presencia del Obispo de Daejeon, Monseñor Yu, y el joven jesuita coreano que acompaña como traductor al Papa durante este viaje.
Durante la comida, los jóvenes asiáticos han contado a Francisco sus inquietudes personales y le han relatado la realidad de sus iglesias locales, además de invitar al Pontífice a visitar sus respectivos países. También han sido constantes las fotos, tanto de grupo como 'selfies', así como diversos cánticos, entre ellos, el himno de la Jornada Mundial de la Juventud.
A su regreso a Seúl y antes de llegar a la Nunciatura para poner fin a esta segunda jornada, Francisco ha visitado la Universidad Sogang, un centro fundado por los jesuitas en Seúl en 1960. Esta visita no estaba programada y, durante la misma, el Papa ha hecho alusión a su encuentro con los jóvenes, en particular, a la joven que le ha preguntado sobre el futuro de las dos Coreas, a quien ha animado a tener esperanza pues, como ha dicho ante los presentes en otro discurso improvisado (pronunciado primero en inglés y luego en italiano), son "una familia dividida que habla con el mismo idioma".