El presidente del Parlamento condena los atentados ejecutados durante la celebración de la Ashura

EUROPA PRESS 15/11/2013 04:22

En su comunicado, Al Nujaifi ha sostenido que "estos actos odiosos son parte de un conjunto de ataques criminales destinados a instigar la separación y el sectarismo entre la población", según ha informado la agencia iraquí de noticias NINA.

Asimismo, ha pedido a las fuerzas de seguridad que tomen todas las medidas necesarias para proteger a los ciudadanos, especialmente durante las festividades religiosas, y que impongan la seguridad para poner fin a las "continuas brechas" que cuestan a Irak las vidas de sus ciudadanos.

A las condenas se ha unido la Embajada estadounidense en Bagdad, que ha tildado de "actos cobardes" los atentados contra la población civil, "especialmente a los que practican su fe". Así, ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas y ha deseado una pronta recuperación a los heridos.

En el atentado más sangriento registrado durante la jornada, al menos 35 personas han muerto y 75 han resultado heridas como consecuencia de un ataque suicida contra un grupo de peregrinos chiíes en la ciudad de Al Sadiya (este).

El atentado fue cometido por un hombre vestido con uniforme de la Policía que hizo detonar un cinturón con explosivos en medio de los peregrinos, mayoritariamente chiíes kurdos, según las citadas fuentes. La mayor parte de los heridos han sido trasladados a hospitales de la región del Kurdistán, en el norte de Irak.

Ningún grupo armado ha reivindicado de momento el atentado, que se ha producido en el último día de las celebraciones de la festividad religiosa de la Ashura, en la que los chiíes conmemoran el martirio del Imán Husein, nieto del profeta Mahoma, uno de los personajes más venerados por el chiísmo y que falleció en el año 680 en la ciudad de Kerbala (actualmente en Irak).

El chiísmo está considerado una apostasía por los sectores suníes más radicales. Al menos 19 personas murieron ayer miércoles a causa de dos atentados contra peregrinos chiíes y policías cerca de las ciudades de Tikrit y Baquba, en el norte y este de Irak.

Más de 6.000 personas han muerto en Irak a causa de la violencia en lo que va de año, mientras los grupos islamistas suníes y otros movimientos insurgentes van ganando terreno en su lucha contra el Gobierno. El pasado mes de febrero, el Estado Islámico de Irak, la rama de Al Qaeda en el país, instó a los suníes iraquíes a alzarse en armas contra el Ejecutivo presidido por el chií Nuri al Maliki.

La mayoría de los milicianos chiíes que se enfrentaron en un primer momento a la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 han depuesto las armas en los últimos años y se han unido a las fuerzas de seguridad o se han incorporado al proceso político, pero el recrudecimiento de la insurgencia suní podría obligarlos a retomar la vía militar para defenderse.