Un grupo de radicales acorrala a un policia durante unas protestas en el territorio chino de Hong Kong y, a pesar de que el agente les apunta con un arma, los manifestantes consiguen que acabe huyendo por los objetos que le lanzan y la superioridad numérica del grupo que le ataca.
El policía se encuentra en una situación de impotencia en plena calle, varios radicales que se manifestaban en ese momento empiezan a encerrarle. Según va aumentando la tensión, el agente decide apuntarles con su pistola ante las amenazas y los objetos que le tiran.
Este guardia empieza a caminar hacia atras mientras se cubre las espaldas y mira en todo momento a su alrededor para seguir esquivando los objetos. Aun asi, le resulta imposible esquivarlos. El policía empieza a correr para alejarse de ellos, pero le siguen persiguiendo. Esta vez intenta frenarles hablando con ellos, pero visto el nulo resultado, les apunta de nuevo.
El agente tiene que huir por completo de la zona de protestas, que empezaron de nuevo hace poco, tras varias semanas de relativa tranquilidad.