El objetivo de esta medida es evitar que los menores sean rastreados, que las aplicaciones recojan sus gustos y que las propias apps generen respuestas compulsivas.
De esta forma se busca dar un paso más en la legislación de protección de datos europea y controlar la actividad de unos usuarios menores de edad que pueden volverse adictos a esos 'me gusta', a los retuits de Twitter o a los 'likes' de Instagram, tal y como recoge '20 minutos'.
La policía del Reino Unido ya planteó con anterioridad problemas de seguridad infantil con Snap Maps de Snapchat. Para cumplir con la ley de protección de datos de la UE, la compañía prometió que no almacenaría el historial de localización de los menores de 16 años.