"La resistencia social, no sólo la crisis, debe marcar el contexto actual"

KAMALA OROZCO 15/05/2009 00:00

Olivier Besancenot lidera el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), que se presenta a las elecciones europeas. Como buen troskista, procede de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) francesa, es internacionalista y ha venido a Barcelona y Madrid para presentar, en dos mítines, a Izquierda Anticapitalista, que ha conseguido las más de 15.000 firmas necesarias para presentarse, en España, a los comicios europeos.

Revolucionario, considera que la violencia en la calle es una respuesta a la violencia que se genera en la sociedad por parte del Gobierno y los empresarios con los despidos, la represión y las guerras, y está a favor de medidas como la ocupación de empresas o los secuestros de empresarios o directivos por parte de los trabajadores.

¿Se considera usted un revolucionario?

Sí, claro.

¿Qué es ser revolucionario hoy día?

Un revolucionario hoy es alguien que tiene ganas, que no soporta la sociedad capitalista actual, que quiere destruirla, deshacerla, y que quiere construir una nueva.

¿Aboga por una revolución troskista?

Nosotros en el NPA no hemos creado un nuevo partido troskista. Queremos, primero, mirar hacia el futuro y que, cuando miremos hacia el pasado, tomemos lo mejor de todas las tradiciones del movimiento obrero: la tradición troskista, la tradición libertaria, la tradición del Che Guevara, el movimiento comunista, ecosocialista, etc, etc...

No solo troskista...

No

¿Por qué?

Porque no creo que haya una sola corriente en la historia, una corriente revolucionaria que pueda decir que por sí sola haya tenido razón sobre todas las demás. Si no, ya se sabría, ya habríamos hecho la revolución.

El Finantial Times le considera una de las 50 personas que nos sacarán de la crisis. ¿Qué le parece?

(Se encoge de hombros) Las clasificaciones no son lo nuestro

¿Cuál cree que es la solución para la crisis?

La crisis económica hoy está siendo pagada por la mayoría de la población. No está siendo pagada por los capitalistas. Para los anticapitalistas como nosotros es una mala noticia, mientras no hayamos hecho un cambio de sociedad. Nosostros luchamos primero por que el contexto actual esté bien marcado, no sólo por la crisis económica, si no por una resistencia social enfrente. Es decir, y eso es lo que inquieta mucho a los gobernantes, que la crisis económica no se traduce por ahora en la desesperación, en la desmoralización generalizada, el cada uno por su lado. Hay gente que no tiene ganas de tragar, que dicen que no y que retoman la confianza en su propia fuerza. Y que haya personas que retoman la confianza en sus propias fuerzas, es la mejor garantía para nosotros de que una parte de la población pueda hacer irrupción en la escena política, y que a partir de entonces la política no esté reservada a los políticos profesionales. En ese punto, yo creo que puede aportar nuestro proyecto.

¿Cree que vivimos en una auténtica democracia?

Hoy estamos sobre todo en una oligarquía económica, porque el verdadero poder es el económico. Los políticos profesionales en realidad no deciden nada sino es aplicar lo que dice el poder económico. Nosostros luchamos por una verdadera democracia que funcione de abajo a arriba y no de arriba hacia abajo como es el caso actualmente. Intentamos -bueno, hacemos más que intentar, nos lo imponemos-, para el funcionamiento de nuestro propio partido, el Nuevo Partido Anticapitalista, donde es la base la que controla a aquellos delegados que están por encima para decidir todo aquello que no se puede decidir localmente.

¿Ser un Partido Anticapitalista no es paradójico?

Una paradoja, ¿por qué sería una paradoja?

Si anticapitalismo es resistencia al sistema, un partido entra dentro del sistema...

No necesariamente. Para nosotros el partido no tiene porqué ser una forma institucional. En Francia ha habido, los 15 últimos años, a la vez una radicalización sobre el terreno político. Lo hemos visto un poco en el período electoral, con el éxito espectacular de la izquierda anticapitalista, y ha habido una radicalización social, en los movimientos sociales. Pero las dos radicalizaciones no se hablaban. Y nosotros hemos intentado, humildemente, porque todavía no hemos solucionado todo, la síntesis entre las dos. En el NPA hay militantes libertarios, militantes del partido comunistas, militantes de la LCR,... pero la mayoría eran militantes que no tenían partido: sindicalistas, activistas... que decían que no era suficiente, que ahora es necesaria una herramienta política. Así que le llamamos partido, fuerza, movimiento, a nosotros nos da igual.Lo principal es que necesitamos una herramienta política, es decir, un proyecto global para oponerse a una ofensiva global. Eso es lo más importante. Al final, el hecho de llamarle partido no ha planteado demasiados problemas. Lo principal es no hacerse ninguna ilusión con el sistema institucional.

¿Qué piensa de las cumbres antiglobalización como la del G-20 en Londres o contra la OTAN en Estrasburgo?

Estuvimos allí. Estuvimos presentes en la organización, estuvimos presentes en la callle, hemos recibido nuestra dosis de gas lacrimogeno y de ataques de la policía. Pero era importante mostrar que, a pesar de toda la voluntad de las autoridades francesas, la manifestación tuvo lugar y que una voz se hizo escuchar contra esta herramienta de dominacióin imperialista que permite a las multinacionales doblegar a los países del sur. No era fácil porque si no lo hubieramos hecho sólo habríamos recordado la sonrisa de Obama. Porque la diferencia entre Bush y Obama es que éste lo dice con una sonrisa, pero aun así ha hecho una Guerra, en Afganistan, y ha reclamado a los Estados europeos que aumenten todos sus presupuestos militares, y no sé aquí, pero en Francia el presupuesto militar ya es demasiado grande.

¿Se puede cambiar algo desde el Parlamento Europeo?

No, no se cambia el mundo desde el Parlamento Europeo, pero será util tener parlamentarios anticapitalistas porque permitirá prevenir a la población de lo que traman contra ella en las instituciones europeas para empezar las resistencias lo antes posible ya que hay, a menudo, una carrera de velocidad. Será un punto de apoyo suplementario para hacer un Partido Anticapitalista europeo, incluso fuera de las instituciones.