Shanghái confina a sus 26 millones de habitantes para realizarles pruebas de covid ante el repunte de casos

Ni rastro de ejecutivos en el siempre bullicioso barrio chino de Pudong. Los trajes y las corbatas han desaparecido y sólo vemos a personas ataviadas con equipos de protección individual (EPI) en el distrito financiero de Shanghái, la ciudad más grande del país y un núcleo financiero a nivel mundial. Son los vigilantes que el Gobierno del gigante asiático ha desplegado en cada edificio de apartamentos para garantizar que ningún vecino sale de la comunidad. Mientras tanto, en España se suavizan las medidas con un nuevo protocolo.

El confinamiento de los 26 millones de habitantes de la localidad con el objetivo de realizarles pruebas de diagnóstico ha comenzado este lunes, 28 de marzo. Se hará en dos fases para suavizar el impacto que produce dicha decisión. De este modo, a los ciudadanos del vecino distrito de Puxi les llegará su turno el próximo día 9 de abril.

Muchas de las personas todavía no están confinadas y, ante lo que se les viene encima, se han lanzado a los supermercados, donde se han visto peleas y aglomeraciones que recuerdan a lo peor de 2020, cuando estalló la pandemia de covid. Aunque ni siquiera entonces, esta enorme urbe confinó a todos sus habitantes.

Detectados 3.500 positivos asintomáticos en un día

La difícil decisión se tomó este domingo, cuando los test detectaron a 3.500 positivos asintomáticos en Shanghái. Fue en ese momento cuando el miedo a la variante ómicron venció al pánico que despierta pensar en paralizar la economía. Eso es lo que ha empujado al Ejecutivo de Xi Jinping a ordenar la mayor cuarentena para una ciudad entera desde que comenzó la pandemia.

Jaime Santirso asegura desde Pekín que "mientras el mundo entero deja atrás la pandemia y avanza, China retrocede. La política de covid cero que ha salvado millones de vidas mantiene al país aislado y sometido al virus". El periodista añade que "las autoridades, mientras tanto, buscan un camino de vuelta a la normalidad".

China sufre desde marzo un rebrote sin precedentes que cuenta por miles los contagios diarios cuando los anteriores no habían superado los centenares. Primero fue la provincia de Jilin, después la macrourbe meridional de Shenzhen y ahora Shanghái.