Tras meses de relativa calma en Egipto, las organizaciones a favor y en contra de Mursi intentan demostrar en la calle que siguen siendo mayoría. La oposición, que asegura que 13 millones de personas han firmado una petición para que el presidente dimita, ha convocado para el próximo día 30 nuevas movilizaciones.
El sector islamista ha denunciado que estas marchas son antidemocráticas en la medida en que van contra un líder político elegido por el pueblo, por lo que ha llamado a los seguidores del presidente a concentrarse tras las oraciones de este viernes. A los actos de este viernes se han sumado 17 partidos, aunque el salafista Al Nour se ha desmarcado de cualquier tipo de acto que pueda aumentar la división entre los egipcios.
El Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha defendido que sus intenciones son "pacíficas", en contra de la "violencia" supuestamente promovida desde la oposición. "Apoyamos a un presidente elegido en libertad y defendemos su legitimidad democrática", ha subrayado un portavoz, Ahmed Oqeil, en declaraciones al periódico 'Al Ahram'.