Soldados desertores y ciudadanos resisten la ofensiva del Ejército sirio en Rastán

Los tanques del Ejército sirio han bombardeado por segundo día consecutivo la ciudad de Rastán que se ha convertido en refugio de los soldados que han desertado y donde éstos están resistiendo a los embates de las fuerzas del régimen de Bashar al Assad, según han informado este miércoles los residentes.

Al menos un millar de desertores y de ciudadanos armados han estado combatiendo contra las fuerzas gubernamentales respaldadas por tanques y helicópteros que tratan de recuperar el control de Rastán, una localidad de 40.000 habitantes en el centro del país.

"Se han afianzado en la parte sur de Rastán, pero el Ejército de la Siria Libre está respondiendo y ha destruido tres vehículos blindados", ha indicado un residente por teléfono vía satélite. "Los edificios se han incendiado en varias partes de la ciudad como consecuencia de los disparos de los tanques", ha precisado desde la localidad, que se encuentra a unos 180 kilómetros al norte de Damasco.

Las autoridades sirias no han comentado el asalto, pero en el pasado han negado ninguna deserción en las filas del Ejército. Es imposible verificar qué parte tiene ventaja en Rastán, puesto que Damasco ha prohibido la presencia de la mayoría de los medios internacionales, pero un diplomático occidental ha señalado que es "muy probable" que los desertores estén ganando terreno.

Tras meses de protestas predominantemente pacíficas contra Al Assad, desertores que no querían disparar contra los manifestantes han formado unidades rebeldes, de un cierto tamaño, principalmente en torno a la zona agrícola que rodea la ciudad de Homs.

La zona es una base de reclutamiento de reclutas suníes, que constituyen el grueso del Ejército, que sin embargo está dominado por oficiales de la minoría alauí, a la que pertenece Al Assad, y de las unidades bien equipadas comandandas por su hermano menor Maher.

Homs y sus alrededores han sido escenario de algunas de las mayores protestas contra Al Assad desde mediados de marzo así como de algunos de los más duros ataques de represalia.

"Las deserciones se están produciendo en las regiones donde los asesinatos son más graves. Por cada sirio que el régimen mata, está creando diez opositores", ha destacado un activista. "El problema es que los desertores no tienen donde ir, no hay ningún lugar seguro o respaldo exterior para ellos", ha añadido.

Citando a residentes, la Comisión General de la Revolución Siria, que agrupa a varias organizaciones de activistas, ha indicado que los barrios de Rastán han sido atacados desde primera hora de la mañana con armamento antiaéreo, tanques y otros vehículos blindados. "Dos mezquitas han sido alcanzadas y viviendas y clínicas se han visto dañadas", ha precisado.