¿Qué supone para Boris Johnson la derrota en la Cámara de los Lores?

  • Es un duro golpe para el Primer Ministro y su polémica legislación del Brexit

  • El Presidente electo de EEUU, Joe Biden, también ha criticado el proyecto de ley del Mercado Interno

  • Si el Gobierno británico sigue con sus planes pondría en peligro un posible acuerdo de libre comercio con Washington

La Cámara de los Lores asestó el lunes por la noche un duro golpe a Boris Johnson y a su controvertida legislación del Brexit. A una de esas horas intempestivas a las que nos tienen acostumbrados en la política británica, los miembros “no electos” del Parlamento votaban a favor de eliminar una polémica cláusula del proyecto de ley del Mercado Interno. De ser aprobada finalmente, como pretende el Primer Ministro, invalidaría el acuerdo de salida de la Unión Europea que Londres firmó con Bruselas.

Esta es la famosa ley con la que el Gobierno aseguró que estaba dispuesto a quebrantar el derecho internacional, pero solo “de forma limitada y específica”. Ahora los Lores se lo han impedido, aunque solo de momento, gracias a una aplastante mayoría (433 votos a favor frente a 165 en contra).

Sin embargo, el Gobierno ya ha dicho que reinstaurará esa cláusula (y otra que también ha sido rechazada) cuando el proyecto de ley regrese a la Cámara de los Comunes el mes que viene. Según un portavoz del Ejecutivo, estas representan “una protección legal para preservar la integridad del mercado interno y que los ciudadanos de Irlanda del Norte puedan continuar accediendo a él en todas las circunstancias” (se refiere así a la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo con la Unión Europea).

Cuenta atrás para el 31 de diciembre

Esta ley se ha diseñado para que las mercancías circulen con libertad entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte desde el próximo 1 de enero, el día que finaliza el periodo de transición. Al mismo tiempo, da poder al Gobierno para que modifique aspectos del acuerdo de salida de la UE, que fue firmado por ambas partes y tiene categoría de tratado.

Mientras tanto, los equipos negociadores de ambas partes dirigidos por David Frost y Michel Barnier respectivamente, siguen intentando cerrar en Londres un acuerdo de libre comercio que está atascado por la cuestión de la pesca y los subsidios estatales. El periodo de transición acaba el 31 de diciembre. En este momento el Reino Unido saldrá definitivamente de la UE.

Voces contra del Gobierno

Esto es lo que piensan algunas miembros prominentes de distintos partidos de la Cámara de los Lores que votaron en contra del Gobierno, incluidos 44 de la formación de Boris Johnson:

  • El ex líder del Partido Conservador, Lord Howard: “El Reino Unido está estableciendo un ejemplo lamentable si quebranta el derecho internacional”.
  • El ex Ministro de Economía y Hacienda conseravdor, Lord Clarke: “Esta legislación es inmoral, intrínsecamente ridícula y profundamente dañina”.
  • El liberal demócrata Lord Fox: “Un gobierno que viola la ley podría haber impresionado al Presidente Trump, pero cuando hay un presidente americano-irlandés esperando, este proyecto de ley no da buena imagen”.
  • El arzobispo de Canterbury Justin Welby: “La función principal de los Lores es defender la ley y proteger los equilibrios de poder y la paz en nuestra Unión (en referencia a las naciones que conforman el Reino Unido).

Pendientes al otro lado del Atlántico

De este rifirrafe está muy pendiente el equipo del Presidente electo Joe Biden, que en su día avisó de que el Acuerdo del Viernes Santo, que selló la paz de Irlanda del Norte en 1998, podría convertirse en “una víctima del Brexit”, algo que él no está dispuesto a consentir. Y es que, según Biden, el proyecto de ley del Mercado Interno pone en peligro la frontera de las dos Irlandas y, como consecuencia, ese proceso de paz.

El congresista demócrata, Brendan Boyle, ha dicho en la cadena británica Channel 4 que “esta esa es una línea roja para nosotros. Si el Gobierno británico sigue adelante con esa legislación no habrá acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y EEUU”.

Según Downing Street, ambos mandatarios en su primera conversación telefónica el martes por la tarde han hablado sobre “la importancia de implementar el Brexit de tal manera que mantenga el Acuerdo del Viernes Santo” y Boris Johnson le ha asegurado que “así será”.

¿Significará esto que, a pesar de la respuesta a las bravas del Gobierno tras el jarro de agua fría de la Cámara de los Lores, está ahora dispuesto, después la charla con Biden, a dar su brazo a torcer? Dependerá también de la presión dentro de las filas del grupo parlamentario conservador y de lo que pueda hacer o decir el Presidente electo en las próximas semanas. Y es que, no hay que olvidar, que el Ejecutivo conservador ha amenazado con salir de la UE sin acuerdo de libre comercio, pero no querrá quedarse sin sellar uno con EEUU. Con Trump estaba negociando desde mayo e iba por la quinta ronda; con Biden deberá empezar de cero.

¿El declive de un país en el que no se puede confiar?

Para el Ministro de Asuntos Exteriores de la República de Irlanda, Simon Coveney, “un acuerdo del Brexit todavía es posible pero el proyecto de ley del Mercado Interno ha dañado la confianza de la Unión Europea y la reputación internacional del Reino Unido”. En una entrevista en el programa Newsnight de la BBC ha dicho que “cualquiera que sugiera que esto ha sido un éxito o una buena táctica no entiende las conversaciones que se están produciendo a lo largo y ancho de la UE en este momento. Esta es una táctica que ha resultado muy contraproducente.”

Este martes también se ha pronunciado el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que ha insistido en que “necesitamos proteger el Acuerdo del Viernes Santo y mostrar a todos los países del mundo que el Reino Unido cumple su palabra”.

Cinco ex primeros ministros han criticado esta legislación desde que la anunció Boris Johnson: John Major, Tony Blair, Gordon Brown, David Cameron y Theresa May. Y el primero de ellos ha vuelto a intervenir en las últimas horas. En uno de sus discursos más duros que se recuerdan ha asegurado que “la autocomplacencia y la nostalgia son la ruta hacia el declive nacional. Ya no somos una gran potencia. No lo volveremos a ser nunca. Somos una potencia de segunda”. Y ha querido dejar claro que, desde su punto de vista, “el Brexit va a ser todavía más brutal de lo que cualquiera esperaba”.