La premier británica ha asegurado que "Estados Unidos y el Reino Unido pueden volver a liderar el mundo otra vez", aunque no ha dado detalles. En todo caso es evidente que las relaciones entre ambos líderes políticos tendrán una base económica y comercial muy fuerte.
Donald Trump no ha escondido nunca su admiración por Churchill, –cuyo busto ha regresado al despacho oval–, ni la "especial relación que mantuvieron Reagan y Thatcher".
Theresa May se entrevistará mañana viernes en la Casa Blanca con el presidente Trump, y entre los temas de la agenda están, además de las relaciones comerciales, una supuesta remodelación de la OTAN, la financiación de ciertas agencias de Naciones Unidas y la política migratoria, sobre todo una vez que ambos líderes han dejado claro que Rusia se encargará de gestionar la situación en Siria.
Sobre la OTAN, y una vez que el Reino Unido ha dejado clara su intención de abandonar la Unión Europea, Theresa May tiene fuertes convicciones, y una de sus prioridades es convencer a Trump de mantenerse firme en la financiación de la institución como piedra angular de la defensa de occidente. El presidente de Estados Unidos ha manifestado en varias ocasiones que Estados Unidos "no financiará la defensa de terceros países a cambio de nada" y que "busca una financiación equitativa en todos los organismos multilaterales, incluido la OTAN".