La jueza que preside el caso, Teresa Doherty, informó a la sala de que "Taylor ha rechazado su derecho a personarse" y aclaró que "no hay razón médica alguna" que explique su ausencia.
Al principio de la audiencia una integrante del equipo de la defensa, que no es un representante legal directo de Taylor, informó a la corte de que desconocía los motivos de la ausencia del acusado en la sala y la fiscalía pidió entonces que los jueces se aseguraran de que no había motivos médicos para ello.
El TESL juzga a Taylor desde 2008 por presuntos crímenes de guerra cometidos durante la guerra civil en Sierra Leona (1991-2002).
El proceso comenzó ayer su fase final, en la que las partes deben presentar sus últimos alegatos antes de que el caso quede visto para sentencia.
Taylor aprovechó ayer una pausa de la vista para no volver a la sala, después de que su abogado abandonase la audiencia como protesta porque los jueces le rechazaron un documento que fue presentado fuera de plazo y que él letrado consideraba vital para poder defender a su cliente.
La fiscalía expuso ayer sus alegatos mientras que la defensa todavía no lo ha hecho.
Taylor, de 63 años, está acusado de once cargos por su presunta ayuda a la organización rebelde de Sierra Leona RUF, a la que financiaba a cambio del control de las minas de diamantes en el país vecino a Liberia.
La fiscalía defendió ayer que Taylor estaba detrás de la "campaña de terror" de las fuerzas del RUF sobre la población de Sierra Leona, quienes cometieron todo tipo de atrocidades contra la población civil que no seguía sus órdenes.
El conflicto civil que asoló Sierra Leona entre 1991 y 2002 causó unos 50.000 muertos y más de 100.000 víctimas, entre ellos multitud de mutilados.