Era el jueves cuando Donald Trump aseguraba que las Fuerzas Democráticas Sirias se habían hecho con el control del último enclave, al que ubicaban en la localidad de Al Baghuz y sus inmediaciones.
“Acabamos de terminar de tomarlo”, dijo el presidente de Estados Unidos, asegurando que con ello, el territorio tomado no era ni el 90 ni el 92% del califato. “Ahora es el cien por cien lo que hemos tomado; el cien por cien del califato”, sentenció, en una afirmación que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, contradice.
Según sostienen, de acuerdo a sus informantes en el país, aún quedan centenares de yihadistas y sus familiares en el interior de Al Baghuz. Concretamente, precisan, al menos 260 integrantes del Estados Islámico siguen presentes en la zona y se niegan a rendirse, al tiempo en que ha señalado que la propia coalición internacional liderada por Washington ha realizado diversos bombardeos justamente este viernes en la misma localización.
El jueves, cuando Trump dejaba caer su afirmación tras una parada en Alaska para repostar tras su cumbre en Vietnam con el líder norcoreano Kim Jong-un, –cumbre que, por cierto, acabó de forma abrupta con el inquilino de la Casa Blanca levantándose de la mesa nada más sentarse a negociar, debido a que desde Pyongyang pedían la retirada de las sanciones económicas a cambio de desmantelar tan solo parcialmente sus instalaciones nucleares–, también el jefe de las Fuerzas Democráticas Sirias se pronunció.
"Anunciaremos la victoria completa frente a Estado Islámico en una semana", manifestó Mazlum Kobani, jefe de la alianza de combatientes árabes que actúa con el apoyo de las fuerzas militares estadounidenses para derrocar a los milicianos del Estados Islámico en ese último bastión al este de Siria.
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