La calma vuelve a la región amazónica de Bagua tras sangrientos disturbios

AGENCIA EFE 07/06/2009 00:00

Entretanto, el líder indígena Alberto Pizango, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonía (Aidesep), que desde hace dos meses lidera las protestas para pedir la derogatoria de varios decretos legislativos, desapareció tras decretar el Poder Judicial una orden de busca y captura contra él.

"El autor intelectual, el agitador y cobarde ha huido, seguramente buscando que lo protejan en Bolivia, pero la mano de la justicia tiene que llegar sobre él y los autores materiales de la masacre", apuntó la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas.

"Es una información que nosotros hemos recogido; esta fuga se habría dado hacia el sur, evidentemente buscando protección en un país donde siente que lo puede proteger y guardar", aseveró.

Sin embargo, el portavoz del Gobierno boliviano, Iván Canelas, dijo no tener información de que Pizango se encuentre escondido o refugiado en su país.

Tanto Aidesep como el Gobierno se acusan mutuamente de la responsabilidad en la ola de violencia desatada ayer cuando la policía intervino para desbloquear una carretera vital en la región del Amazonas en el punto llamado "Curva del Diablo".

Aidesep asegura que los nativos muertos en las refriegas son no menos de treinta, y su portavoz Shapión Noningo Sesén, que admitió desconocer el paradero de Pizango, denunció que al mediodía de hoy "muchos cadáveres" seguían sin ser retirados de las afueras de Bagua.

Pero, el hecho que más ha indignado al Gobierno fue el posterior secuestro de 38 agentes de policía que intentaban desalojar una estación de bombeo en Imazita ocupada por los indígenas.

El Gobierno sostuvo hoy que nueve de esos policías fueron "asesinados a sangre fría" por los indígenas, aparentemente antes de que se produjera el operativo de rescate, cuando los rehenes dialogaban con sus captores en busca de una solución.

Hay además un agente herido de gravedad, tres desaparecidos y 25 que han sido rescatados, según el jefe de la Policía Nacional del Perú, José Sánchez.

A pesar de lo anterior, la situación hoy es tranquila tanto en Bagua Chica como en El Milagro, dos de los epicentros de la violencia en la jornada de ayer, según dijeron a Efe habitantes de la zona.

Desde las 15.00 hora local y hasta las 06.00 de la madrugada rige en la zona el toque de queda y solo la policía patrulla por las calles, según los primeros canales de televisión llegados a la zona, que mostraron vías vacías.

Ane Marie Cuq, una seglar que dirige una organización jesuita de ayuda local, aseguró a Efe que la policía ha embarcado a varios grupos de indígenas de vuelta a sus comunidades.

Cuq señaló que hay varios dirigentes indígenas que están refugiados y escondidos entre familias locales de El Milagro, donde están recibiendo vestido y alimento de la población local.

Así lo confirmó una fuente de la parroquia de Bagua Chica, que explicó que el sacerdote Jesús Matanza salió esta mañana hacia El Milagro para prestar socorro a los líderes indígenas escondidos.

El presidente Alan García emitió hoy una declaración en la que consideró que los sucesos responden a una "agresión cuidadosamente preparada contra el Perú", "una conspiración que ha interrumpido la producción y el transporte de petróleo, el envío de gas hacia las ciudades de la costa".

Achacó la ola de violencia a "políticos que predican fórmulas extremistas, que no han tenido eco en la población de las ciudades (...), movidos por apetitos electoreros", en aparente alusión al Partido Nacionalista Peruano de Ollanta Humala, el más importante de la oposición peruana, único grupo parlamentario que ha mostrado su abierto respaldo a las movilizaciones indígenas.

Aidesep, aunque descabezada de Pizango y de otros dirigentes también en paradero desconocido, sostuvo hoy que no piensa cesar sus protestas, aunque llamó a la calma a sus seguidores para "no poner en peligro la integridad física" de sus oponentes, dijo Noningo.