Wenceslao Mansogo afirma que Guinea es una "dura dictadura" cuya población vive "con el miedo en el cuerpo"

EUROPA PRESS 25/06/2012 14:28

El responsable de Derechos Humanos de la formación opositora legal Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Wenceslao Mansogo, ha denunciado este lunes que "Guinea Ecuatorial es una dura dictadura que acosa a opositores políticos y disidentes", cuya justicia está "instrumentalizada para la represión" y cuya población "vive con el miedo metido en el cuerpo" a la hora de "reivindicar sus derechos más elementales".

Mansogo fue indultado a principios de este mes de junio por decreto presidencial, un mes después de haber sido condenado por un tribunal de Bata (la capital económica del país africano) a tres años de prisión por "negligencia profesional" relacionada con la muerte de una paciente en su clínica privada.

Llevaba encarcelado desde el 9 de febrero, a pesar de que tanto la autopsia efectuada en el Hospital de Bata como un informe posterior del Ministerio de Sanidad invalidaron desde el principio las posibles pruebas en su contra. El régimen de Teodoro Obiang Nguema aseguró en todo momento que se trataba de un asunto "completamente ajeno" al Gobierno y que el juicio se había llevado a cabo en el marco de la "independencia garantizada del sistema judicial".

En una carta de agradecimiento a la "formidable movilización nacional e internacional" organizada en contra de su detención y encarcelamiento --con mención especial a su esposa Marisol, "aquella por la que permanecía pendiente del reloj, para hablar, saber lo que ocurría o se decía fuera, la situación de mis hijos"--, Mansogo ha denunciado este lunes la "diabólica maquinación urdida" contra él "desde altos niveles del poder, y bajo la grotesca acusación de mutilación de órganos".

"Se trató de una flagrante y brutal manifestación de la persecución política que todavía se vive en mi país, Guinea Ecuatorial", prosiguió. Su "encarcelamiento por motivos políticos" estuvo "previamente tramado y sin causa judicial que lo sostuviera" y fue particularmente "ingrato" porque estuvo vinculado a sus esfuerzos, como médico, "por salvar, sin éxito, a una paciente de una enfermedad", denunció.

"Guinea Ecuatorial es una dura dictadura que acosa a opositores políticos y disidentes; en la que la justicia es instrumentalizada para la represión; donde la población, casi generalmente descontenta, vive con el miedo metido en el cuerpo, viéndose violar e incapaz de reivindicar sus derechos más elementales; en la que incluso en la cárcel, las personas siguen vigilándose y denunciándose unas a otras, reproduciendo los esquemas trazados por la propia dictadura y dejando transparentar la insospechada maldad que habita en muchos de ellos", manifestó Wenceslao Mansogo.

"En mi caso concreto, se ha llegado increíblemente a deformar una noble acción médica instrumentalizando un sistema judicial deplorablemente sumiso, con el único objetivo de hundir política, económica y profesionalmente a una persona molesta", prosiguió.

"He visto cómo mi pretendido denunciador oficial, que se negó a acudir al juicio, era traído 'manu militari' a la sala el último día del juicio para testimoniar contra mí, sin conseguirlo", denunció. "Vi cómo se le obligaba a reconocer que me había denunciado él, cuando eso no era cierto", añadió.

"Vi cómo, cuando la acusación de 'mutilación de órganos' por la que se me detuvo se les hizo insostenible, los propios jueces se inventaban contra mí la de 'impericia y negligencia profesionales', que durante la vista tampoco pudo sostenerse sobre ninguna prueba", agregó.

"Vi cómo, en la sentencia, se me infligía una pena muy superior a la ya abusivamente requerida por el fiscal", prosiguió el dirigente opositor. "En la cárcel, he visto cómo el Gobierno dictaba las normas de mi custodia e imponía mi total aislamiento en contra de la decisión de los jueces. Por la justicia de mi país, he sufrido cuatro meses de cárcel por unos delitos que nunca cometí", aseveró.

"Una anécdota: el juez que me envió a la cárcel, cuando nos presentamos ante él, ya tenía firmados todos los autos para mi encarcelamiento. A pesar de la gravedad de las declaraciones vertidas ante él por un joven testigo en contra de mis acusadores, no hizo caso alguno a ellas. Cuando le pregunté si no le remordía la conciencia enviándome injustamente a la cárcel, me respondió: 'tu caso es complicado', y se quedó tan ancho y satisfecho de sí mismo. Cuando ahora nos cruzamos en la calle, no se atreve a mirarme a la cara", escribió Mansogo en su carta.

"EL INDULTO NO TIENE NADA DE TOTAL"

Respecto al indulto, Mansogo advirtió de que el tema "no ha concluido todavía". "El 'indulto total' por el que he salido de las mazmorras del régimen no tiene nada de total", alertó. "Se mantienen todos los elementos persecutorios con los que el régimen espera asfixiarme social, económica, profesional y políticamente: privarme de mi clínica y de la libertad de ejercer mi profesión, aparte de las multas injustificadas", recordó.

"Contra estas acciones debe centrarse nuestra lucha ahora, independientemente del resultado que venga del recurso que hemos interpuesto ante la Corte Suprema. Y esto justifica el mantenimiento de la presión que ha conducido a mi liberación", afirmó Mansogo.