Hace unos meses se convirtieron de forma involuntaria en protagonistas del comienzo de la pandemia en China. Se trata del grupo de entrenadores de fútbol españoles que quedaron confinados en Wuhan. Vivieron tensas horas de espera antes de la repatriación a España y su cuarentena en un hospital de Madrid. Algunos de ellos han vuelto ya a la ciudad donde comenzó todo, pero el escenario ahora es completamente distinto. La alerta ahora se encuentra en España.
Pedro Morilla huyó de Wuhan, epicentro de la pandemia, guardando en Madrid la cuarentena más mediática. "Han pasado nueve meses y parece que fue ayer", recuerda el entrenador, que ya ha vuelto a la ciudad china. "La ciudad está al 100% normalizada en cuanto a trabajo y ocio100% normalizadatrabajo y ocio", añade sobre la situación.
El técnico español entrena ya a su equipo, con "total normalidad y los chavales sin mascarilla". Llegar a Wuhan exige varias PCR y cuarentena en un hotel medicalizado con medidas "estrictas". Los test, piensa Pedro Morilla, son la base del éxito. "Estamos en un entorno de seguridad donde nadie tiene coronavirus", detalla el entrenador.
Su preocupación está ahora en el lugar que pensó seguro. "Lo peor es haber dejado a la familia allí. En España hemos sido un poco más condescendientes con la situación", confiesa Pedro Morilla. Y es que Wuhan es hoy el paraíso anticovid, "cero contagios desde hace varios meses".