El ahorrador, de Westcliff-on-Sea, que no quiso ser identificado contó que eran los ahorros de toda su vida. Cada año conseguía atesorar unos 1.300 euros que metía debajo del colchón para lo que le depararía el futuro.
Al principio escondía el dinero en ese lugar, porque tenía un perro que cuidaba su casa. Al morir su mascota se llevaba cada día el dinero a su trabajo y lo dejaba en el coche, que mantenía vigilado en todo momento.
"Mi coche nunca estaba a más de tres metros de distancia y no le quitaba los ojos de encima", contó.
El día desgraciado en que el perdió todo fue pasado 18 de noviembre cuando salió de casa muy temprano en la mañana y puso el dinero sobre el techo de su coche, lo arrancó y se fue.
Cuando el hombre se dio cuenta de lo ocurrido regresó a la calle con su nieto para que lo ayudara a buscar el dinero. De más está decir que solo encontró algunas bolsas vacías, pero ni rastro de los billetes.
La policía, que confirmó la historia, está investigando lo ocurrido y revisando las imágenes de las cámaras de vigilancia.