En el primer viaje que realizó el rey Alfonso XIII el 17 de octubre de 1919 para inaugurar el Metro de Madrid, este solo contaba con ocho estaciones y cuatro kilómetros (de Cuatro Caminos a Sol) y nadie imaginaba que hoy, 104 años después, Metro sería una de las mayores líneas de suburbano del mundo: la décimo tercera en extensión a nivel mundial y la cuarta a nivel europeo, superada únicamente por otras grandes líneas como la de Nueva York, Londres, Pekín, Guangzhou, Seúl, Shanghái o Moscú.
Fueron las mentes de los ingenieros Carlos Mendoza, Miguel Otamendi y Antonio González Echarte las que idearon el proyecto. Sin embargo, y a pesar de la expectación que causaba al comienzo, la línea de metro no terminaba de ponerse en marcha porque únicamente el Banco de Vizcaya se decidió a aportar un total de cuatro millones de pesetas -unos 24.000 euros-, la mitad de lo necesario para llevar a cabo la iniciativa.
Dada la falta de presupuesto, el rey Alfonso XIII decidió invertir un millón de pesetas para demostrar su confianza en el proyecto, de manera que las empresas se animaron y aportaron el resto del capital. Fue así que, en enero de 1917 se fundó la Compañía Metropolitano Alfonso XIII, la sociedad encargada de la construcción del suburbano.
En abril de 1917 comenzaron las obras del metropolitano, no exentas de dificultades y, tras dos años, el proyecto se convirtió en realidad con una línea que constaba de ocho estaciones: Puerta del Sol, Red San Luis, Hospicio, Bilbao, Chamberí, Martínez Campos, Ríos Rosas y Cuatro Caminos, una distancia que constaba de cuatro kilómetros.
A lo largo de este siglo de funcionamiento, la demografía de la región ha aumentado junto a la popularidad de este medio de transporte, ayudándole a batir récords de toda clase. En la actualidad, Metro de Madrid se encuentra en la quinta posición mundial y la cuarta europea en cuanto a kilómetros de red por millón de habitantes y dispone de más de 2.400 coches a su servicio para el traslado de viajeros, una cifra de pasajeros que supera los 571,6 millones en 2022 y una media de 2,2 millones viajes al día en una jornada laborable.
El suburbano, con un total de 12 líneas, dispone de 302 estaciones que lo sitúan como el sexto a nivel mundial, por detrás de los Metros de Londres, Nueva York, Shanghái y París. Y, además, según destaca Metro de Madrid a Europa Press, el 75% de los habitantes de los 12 municipios a los que llega Metro cuenta con una estación a menos de 600 metros de sus hogares.
Dado que la línea suburbana no ha dejado de crecer, entre las ampliaciones más destacadas se encuentra la de 1995-1999, que tenía como objetivo que la red llegará a tener 176 kilómetros de extensión. Esta ampliación contribuyó a que se convirtiera en la octava mayor del mundo.
En el plan estuvo la prolongación de la línea 10 hasta Puerta del Sur, en Alcorcón, y la unión de las principales ciudades del sur de Madrid (Móstoles, Fuenlabrada, Getafe, Leganés y Alcorcón) mediante la nueva línea circular Metrosur. Aunque, la mayor ampliación de Metro de la Historia no llegaría hasta el año 2003 y 2007, con la construcción de 80 nuevos kilómetros de Metro convencional y Metro Ligero, que supuso un total de 90 nuevas estaciones.
En los últimos años, Metro de Madrid ha continuado expandiéndose hasta barrios con diferentes necesidades de movilidad alcanzando el número de 302 estaciones en su totalidad.
A lo largo de su historia, Metro se ha ido transformando no solo en lo que a su extensión se refiere, sino también, en la arquitectura y accesibilidad de sus estaciones, así como en el diseño de sus trenes y la tecnología que utilizan.
Desde que en 1920 se instalara en la Gran Vía el primer ascensor de la red, diseñado por Antonio Palacios, Metro Madrid ha apostado por mejorar la accesibilidad en sus instalaciones hasta posicionarse como líder a nivel europeo en cuanto a número de ascensores, con 560 elevadores, el cuarto que más tiene a nivel mundial.
Un hito similar también en cuanto a escaleras mecánicas se refiere. En este caso, las primeras datan de 1961 y se instalaron en Aluche y Plaza de España. Actualmente, con un total de 1.712, lidera el ranking a nivel europeo y se sitúa en el cuarto puesto a nivel mundial.
Con una plantilla de más de 7.000 empleados, Metro de Madrid también ha ido adaptándose a las necesidades de los madrileños llegando en agosto a contar con 5.504 interfonos, 1.284 máquinas de venta o 9.314 cámaras de seguridad.
Asimismo, los coches clásicos, de estructura metálica vista, con asientos de madera y luces incandescentes decoradas con tulipas, no tienen nada que ver con los trenes actuales que, además, cuentan con radiotelefonía, video entretenimiento, equipamientos con tracción trifásica, equipos de conducción y toda una red de comunicaciones que sirve de ayuda a la conducción y mantenimiento.
Antonio Palacios, el arquitecto que diseñó las primeras estaciones de Metro, estudió diferentes estrategias para mejorar la circulación de viajeros, ya que los vestíbulos eran pequeños y contaban con varios pasos de validación y revisión del billete que generaban colas. La publicidad solo estaba en los andenes para que la gente no se parara. El Metro de Madrid fue de las primeras empresas que idearon una categoría de trabajo especialmente para las mujeres. Ellas eran las taquilleras y revisoras: vendían los billetes. Cuando el metro comenzó a funcionar, los trenes tenían solo cuatro coches y las medidas de los andenes estaban adaptadas a este número. Luego, cuando la ciudad de Madrid empezó a crecer, se fabricaron trenes más veloces y con más coches.