En concreto, Marcelino es el quinto técnico que ficha José María del Nido desde que llegó a la presidencia del club de Nervión en mayo de 2002, ya que, en aquel momento, el inquilino del banquillo blanquirrojo era Joaquín Caparrós, que dirigía al equipo desde 2000 y no terminaría su periplo al frente del conjunto sevillista hasta 2005. El manchego conquistaría dos Copas de la UEFA, una Supercopa de España, una Copa del rey y una Supercopa de Europa, dejando, de paso, un listón por el que han sido medidos todos sus sucesores, tras su marcha a la 'Premier' en 2007.
Marcelino tendrá una doble misión en el Sevilla, ya que, por un lado, deberá cumplir las metas que le marque el club al tiempo que amolda a un vestuario que se encuentra en plena transformación tras la marcha de algunos de sus miembros más importantes.
En ese año el utrerano, pese a haber conseguido dos clasificaciones consecutivas para la UEFA, no llegó a un acuerdo con Del Nido, lo que propiciaría la llegada del mejor entrenador de la historia del Sevilla, Juande Ramos, con el que el club pondría fin a una sequía de casi seis décadas sin títulos.
Así, y con posterioridad, dos hombres de la casa, Manolo Jiménez (2007/08-2009/10) y Antonio Álvarez (2009/10-2010/11), que incluso ganó una Copa del rey pero que fue cesado en la recién concluida temporada para ser cesado en la quinta jornada, cuando el Sevilla marchaba séptimo con sólo 8 puntos, vieron condicionadas sus respectivas estancias en el banco hispalense por la alargada sombra de Juande Ramos, y el recuerdo de la 'edad de oro' que construyó para el Sevilla.
Por último, el antecesor de Marcelino, Gregorio Manzano no cumplió el objetivo de alcanzar la 'Champions League' por lo que, pese a la clasificación para la 'Europa League' concretada gracias a la quinta plaza firmada en Liga BBVA, su marcha era un secreto a voces.