Pelos indios, chinos, europeos y de cualquier procedencia se amontonan en un edificio señalado como "Almacén de cabello humano". Pero no sólo se guarda, sino que también se prepara para su posterior implantación en pelucas. Varios trabajadores peinan cuidadosamente las melenas y mechones que llegan a sus manos.
Justino asegura que el pelo occidental es el más cotizado. La calidad y la extensión determinan el precio. Y nos cuenta que alguno puede llegar a alcanzar los 1.500 euros el kilo. En los últimos 20 años Justino apenas ha podido comprar pelo en España, aunque la tendencia está cambiando con la crisis.
Empezó en esto con 20 años, hace casi medio siglo. Él era el 'coletero' que recorría España de pueblo en pueblo subido a un carro que todavía conserva. Ahora viaja en un Mercedes. Dice, es un "empresario por los pelos".