Mireia Belmonte logra la medalla de plata en los 800 libres

Informativos Telecinco/Agencias 03/08/2012 21:02

Belmonte salió rapidísima por la calle seis y en seguida se situó en la cuarta posición. De nuevo, Mireia nadó por debajo del récord de España y desde el principio se vio a una nadadora con hambre de medalla. Después de ir transitando entre la cuarta y quinta posición, Belmonte se aprovechó del cansancio de la danesa Lotte Friis para darle caza y entrar en la lucha por el podio.

En la recta final, la española dejó atrás a la británica Rebecca Adlington y a la neozelandesa Lauren Boyle para lanzarse a por la plata. Tan sólo veía por delante a una inalcanzable Katie Ledecky. La estadounidense, de tan sólo 15 años, sorprendió con los 8:16:63 segundos que tardó en hacerse con el oro. Mireia finalizó la prueba en 8:18:76 y la británica Rebecca Adlington, con una marca de 8:20:32, se llevó el bronce.

Ésta es la segunda medalla de Belmonte en Londres tras la lograda en los 200 metros mariposa. Con su primera medalla, la catalana inauguró el casillero español e igualó a la española Nina Zhivanesvskaya, bronce en Sidney 2000. Ahora, la sirena de Barcelona puede presumir de ser la única española en sumar dos medallas en unos Juegos.

Además, Mireia ha elevado a seis el número de medallas para España en la historia de la natación. Además de las dos de Londres, el resto del casillero lo completan el bronce de Zhivanevskaya, el oro de Martín López-Zubero en Barcelona '92 en los 200 espalda y los bronces de Sergio López y del hermano mayor de López Zubero, David, en Seúl '88.

Belmonte tenía en su cabeza una táctica, salir con la británica y la estadounidense, y que no se les fuera demasiado, no más de medio cuerpo, porque si no era muy difícil remontarles. "A medida que iba adelantando a Lotte Friis, a Adlington, me decía 'qué me está pasando, que esto no me estaba pasando a mi, que yo me encuentro muy bien o las otras muy mal", comentó.

Incluso, la nadadora del Club Natación Sabadell llegó a pensar en el oro, pero la americana Ledecky, que marcó un ritmo infernal desde que se lanzó al agua, estaba muy lejos. "Los últimos cien las piernas no las notaba, tenía muchas ganas de vomitar y quería que, por favor, acabar, no podía más", dijo como si estuviera reviviendo la angustia de ese momento.

Para la ya subcampeona olímpica de 800 las horas previas no han sido fáciles. Ayer jueves estuvo tres horas mirando al techo, sin dormir, hasta las 2 e la madrugada. Este viernes ha sido más normal, pero difícil, aunque con la confianza que le dio la plata en los 200 mariposa. "Andaba muy confiada porque la medalla de plata de hace dos días se notaba mucho a la hora de nadar. Esta noche a ver si puedo dormir. Ahora toca celebrarlo porque no he salido de la Villa", confesó Mireia, enclaustrada en la Ciudad de los Deportistas, de la habitación al autobús y a entrenar, un camino de ida y vuelta diario.

"ME GUSTARÍA ESTAR MÁS CONTENTA"

Admitió que después de ganar la medalla se siente extraña, que no le sale la sonrisa. "No puedo llorar. Me gustaría estar más contenta, no sé. Es que no estoy acostumbrada a esto. Esperemos que éste sea el inicio de la gran Mireia y que el año que viene en Barcelona 2013 haga un buen papel en mi casa. ¿Límites? No hay que ponerse límites, hay que disfrutar de lo que haces y trabajar duro. Ahora queda ganar el oro, pero para eso aún falta mucho", dijo.

Estas dos medallas espera que sirvan para impulsar a su deporte entre los aficionados y la base que empuja desde abajo. "Confío en que que todo el mundo siga mis pasos. Es una medalla más para la natación y espero que haya más porque aún queda mucha gente por competir", apuntó la pupila de Frederic Vergnoux, aún no consciente de la gesta que acababa de escribir. "¿Es usted consciente de que ha hecho historia al ser la única que ha ganado dos medallas en unos Juegos?", le preguntó un periodista. "No, ahora no", respondió sincera.