Rojo, naranja, amarillo: los mejores lugares en España para disfrutar del otoño

Con el mercurio descendiendo y las lluvias haciendo acto de presencia, las playas de nuestro litoral ceden el protagonismo a los magestuosos bosques que pueblan España. Sus espectaculares colores durante el otoño los convierten en los protagonistas de la temporada y son muchos los aficionados a la fotografía que deciden acercarse para retrartar la belleza del otoño en todo su esplendor. Te vamos a descubrir 10 lugares mágicos, sin salir de España, donde poder hacer tu particular postal del otoño.

Este año se ha rodado el filme 'El guardián invisible' con Marta Etura resolviendo una serie de asesinatos. Así es el bosque más famoso de Navarra, un lugar de leyendas que te envuelve entre hayas y abetos, los mejores conservados de toda España. Disfruta de sus rutas en mountain bike, para senderistas e, incluso, para amantes de las setas.

Nos vamos al Pirineo Arangonés en busca de uno de los parques nacionales mejor cuidados de España y más extensos: 15.000 hectáreas de bosques, pasos de agua, cascadas e incluso glaciares. Además, es un parque bastante exclusivo, al día sólo pueden visitarlo 1.800 personas, así que no te despistes a la hora de pedir tu cita. No pierdas de vista Monte Perdido con sus 3.355 metros de altura, un auténtico espectáculo en otoño.

Hayedos, robles, castaños y avellanos en un ambiente húmedo, tranquilo y sobrecogedor. El Parque Natural Saja Besaya está en el corazón de Cantabria y en él viven jabalís, becadas, nutrias, lobos, águilas reales, ciervos y en la zona sur aún se pueden observar osos pardos. A una hora y cuarto de Santander, muy cerca de Cabezón de la Sal.

Del 25 de octubre al 8 de noviembre, el pequeño pueblo de Ezcaray vive una auténtica revolución con las Jornadas Micológicas de la localidad riojana, que homenajean al producto más preciado de sus bosques. En realidad, La Rioja es una auténtica maravilla en otoño ya que los viñedos se encuentran en su momento de gran esplendor durante la vendimia.

Es una de la excursiones más típicas de los madrileños cuando cae el otoño: el Castañar de El Tiemblo tiene algo mágico cuando sus castaños, robles y demás árboles de 'desnudan' y sus hojas cubren el suelo de una alfombra multicolor. El Castañar es un pequeño bosque en las laderas del la Reserva del Valle de Iruelas con un sendero de 4 kilómetros de trazado más que asequible para toda la familia. Muy cerca se encuentra el Pantano de Burguillo, un lugar donde descansar un poco y seguir enamorándote del paisaje.

Las Islas Canarias también son para el otoño, sobre todo para aquellos que no lleven del todo bien la bajada de las temperaturas. En la isla de Gran Canaria se encuentra Roque Nublo, que ofrece unas vistas totalmente inolvidables. Esta peña de origen volcánica se eleva ochenta metros sobre su base y 1.813 metros sobre el mar y era un lugar de culto para los aborígenes de las Canarias.

Aleja la pereza de viajar en otoño y plántate en el Parque Natural de Gorbea, el más grande del País Vasco entre Álava y Vizcaya. Robles, hayas y madroños son los jefes de este parque que da cobijo a cientos de aves rapaces, gastos monteses y martas, aunque siempre da la sensación de que esconde algo más. El Gorbea es el monte más alto, con 1.482 metros de altura. ¿Te atreves a coronarlo?

En la frontera natural entre Guadalajara y Segovia se sitúa el Hayedo de la Pedrosa, en el municipio de Riaza. El Puerto de la Quesera sirve de hogar a cientos de hayas que cambian su habitual follaje verde pero los tonos anaranjados durante el otoño, ofreciendo un constrate digno de retratar. Haz tu propia excursión por el valle del Río Riaza hasta llegar al embalse, donde podrás comer y emprender de nuevo la marcha.

El rumor del Arroyo de La Ciñera nos acompaña en nuestro recorrido por el Faedo de Ciñera, un precioso hallado en la provincia de León, con una haya de más de 500 años de antigüedad, 6,32 metros de perímetro en su base y 23 metros de altura. Encontrarla no será tarea fácil pero sin duda el recorrido merecerá la pena.

No le digas aún adiós a la playa, aunque en Santoña ya te puedes ir olvidando de echarte un baño (a no ser que no tengas sensibilidad térmica). El espectáculo ahora está en las marismas, donde miles de aves de hasta 120 especies diferentes visitan Cantabria en su camino hacia lugares más cálidos. Recorre este paraíso en barco con un guía ornitológico o empieza tu travesía a pie desde la Playa de Berria (en la imagen).