Susanne Larsen, 44, con cáncer de medula, reveló lo ocurrido en el hospital Universitario de Dinamarca el pasado 24 de noviembre tras la llegada del jefe de la OTAN, según publica un medio digital Danés.
La mujer que estaba recuperándose después de ser sometida a una operación contó lo que calificó de "humillación".
"Tuve un ataque de calambres y golpeé la taza de té y grité, pero nadie llegó, así que tuve que quedarme en mi propio vómito".
Para ingresar al Secretario General de la OTAN, el personal del hospital llevó a Susanne Larsen a una oficina sin ventanas, que carecía de dispositivo de alarma para cualquier emergencia. Le explicaron que en caso de que necesitara atención golpeara el vaso de agua con una cuchara.
Esto vivía la señora, mientras Anders Fogh Rasmussen se recuperaba en una habitación adecuada de una operación de su brazo, fracturado cuando montaba bicicleta.
El director del hospital Rigshospitalet, donde ha ocurrido el incidente ha pedido disculpas por lo ocurrido.
"Hemos contactado con la paciente a través de sus abogados y se ha abierto una investigación. Espero que no vuelva a ocurrir", explicó.