"Me encuentro muy bien, a la espera de disputar un partido muy importante para nosotros. Estoy muy limpio y muy tranquilo y para mi lo ocurrido es pasado. Pensaba que el caso estaba cerrado, pero ahora llega esta otra historia de Antiviolencia, que deberá decidir si sanciona, pero no tengo nada que apuntar al tema", afirmó.
El técnico cántabro insistió: "Por mi parte, esta situación concluyó después del partido ante el Madrid, en la rueda de prensa, en la que felicité al rival por su victoria y me autodisculpé, por si hice alguna cosa fuera de lugar y en eso sigo".
"La postura del Sporting fue sensata y prudente, salvo mis declaraciones en contestación a lo que se dijo de nosotros. No sólo considero el tema zanjado, sino que exijo a mi vestuario que lo asuma así", prosiguió.
Preciado afirmó que no espera ninguna reacción cuando el Sporting visite otros campos: "Para dar carpetazo de una vez por todas a este asunto, cuando digo algo no lo hago pensando en el qué dirán, sino lo que me sale del alma, de lo que unas veces me equivoco, pero en otras acierto".
Por último, dejó dos mensajes. Uno sin destinatario y otro con él. El primero: "Es mejor que te quieran a que te apedreen. Yo me siento muy querido, no apedreado". Que cada cuál se de por aludido. El segundo, la contestación a la exigencia de perdón por parte de Jorge Valdano: "Paso palabra".
JNP