Nico decidió guardar el anillo que le había regalado su suegro para pedirle matrimonio a su novia a buen recaudo. Cuando la pareja se mudó a Los Ángeles, el joven metió el anillo en la mochila donde llevaba todos los objetos importantes para evitar que se extraviasen.
Cuando llegaron a su nuevo hogar, Nico dejó la mochila en un rincón. Cuando volvió la mochila estaba abierta y el anillo no estaba. El joven entró en pánico y decidió contarle lo sucedido a su suegro que casualmente estaba volando a Los Ángeles, a la nueva casa de la pareja.
Al enterarse de lo sucedido, el suegro tranquilizó a Nico y le animó a buscar el anillo. Ya camino a casa, observaron como en un árbol estaba atado un cartel en el que ponía: "anillo de compromiso encontrado" y un número de teléfono al que llamar.
Según recoge People, Nico llamó y, efectivamente, el anillo era el suyo. Por lo visto, los de la mudanza no habían visto que dentro de la bolsa estaba el anillo y la tiraron a la basura. Ahora los jóvenes están felizmente comprometidos.