Madrid (España) El matador de toros Rubén Pinar ha cortado dos orejas de cada uno de su lote y ha abierto la Puerta Grande en el cierre de la Feria del Aniversario de Madrid en una importante tarde en que se ha sobrepuesto al sabor agrio de su reciente confirmación y ha demostrado que quiere contar, un espectáculo en el que se ha jugado dos buenos toros, primero y sexto de Alcurrucén, dentro de uno de los más completos encierros lidiados en Madrid en San Isidro y Aniversario.
El albaceteño hizo primero una faena de mucha firmeza ante el tercero, un toro de embestida larga frente al que ha estado muy firme y seguro en una labor in crescendo por la firmeza y decisión del torero. Pinar se enfrentó con decisión después al sexto, otro toro de embestida importante en una faena de mucha intensidad sobre todo por la ligazón de los muletazos y que ha llegado mucho al público que remató de una estocada certera.
Matías Tejela lo intentó frente al quinto, un toro exigente y que no dio facilidades al que ha matado de una contundente estocada, que fue lo mejor de su actuación. Antes anduvo decidido con un toro que tuvo clase en la muleta ante el que estuvo entregado el madrileño pero quizá el toro pidió mas sitio. Completaba el cartel Antonio Ferrera, que protagonizó una faena de vibración frente al primero, un toro de profunda embestida y de mucha importancia y seriedad en su comportamiento y después otra labor de más a menos marcada por las complicaciones del cuarto, que ha sacado genio y ha protestado con arreones a partir de la mitad del trasteo.
Plaza de toros de Madrid. Último festejo de la Feria del Aniversario. Lleno. Toros de Alcurrucén, buenos en líneas generales, algunos exigentes. Destacaron por su comportamiento y pujanza el primero y el sexto, que fueron ovacionados en el arrastre. También fueron aplaudidos el tercero, el cuarto y el quinto. Antonio Ferrera, silencio en su lote; Matías Tejela, silencio en ambos y Rubén Pinar, oreja y oreja.