"La revolución digital no ha llegado a su fin"

FERNANDO MORALES 04/11/2009 13:51

El padre del teléfono móvil ha sido testigo y protagonista de los grandes avances tecnológicos de las últimas cuatro décadas. "cuando empecé la carrera no había ni ADN, ni móviles, ni ordenadores". "La privacidad consistía en cerrar la puerta de casa con una llave y en dar tus datos en el banco cuando pagabas una factura". "Hemos pasado de llamar a un sitio a llamar a una persona", algo mágico para este ingeniero norteamericano. Una revolución que está aquí para quedarse, pero necesita abaratar sus costes para que llegue de verdad a todo el mundo. Debe de ser "cien veces más barato y que las operadoras permitan todo tipo de aplicaciones en sus redes". Sin eso, no irá más allá de "gente muy ocupada con sus 'blackberrys' y subiendo imágenes a sus redes sociales". Dejando fuera de la revolución tecnológica a los millones de personas que simplemente usan su teléfono para llamar o envíar sms.

Para este hombre, el primero que, en 1973 realizó la primera llamada desde un teléfono portátil a un ingeniero de una empresa competidora para ponerle al tanto de su descubrimiento, la tecnología puede ser muy beneficiosa en áreas donde, de momento, no lo es. Ahora, avisa, "se nos vigila desde la mañana a la noche" con la consiguiente "multiplicidad de datos nuestros que circulan por la Red".

Las personas van dejando "un rastro de bits". Desde el teléfono móvil, con el ordenador o con la tarjeta de crédito. Multitud de bases de información repartidas por el mundo guardan esos datos. Algo que nadie le da importancia hasta el momento en el que tiene problemas. Entonces exige que garanticen la privacidad de sus datos personales.

No obstante, en su opinión, una de las principales áreas de desarrollo de la telefonía será la de la salud "Eso sería una revolución para la sanidad". Los Estados podrían dejar de pagar cantidades ingentes de su PIB para curar enfermedades que podrían prevenirse mediante terminales conectadas a un parche pegado al cuerpo que registre las constantes vitales del usuario y las remita al ordenador de un centro sanitario.

Estos nuevos dispositivos digitales, del tamaño de un pañuelo doblado, permitirán prever un infarto o un ictus antes de que se produzca, con el consiguiente ahorro de costes y mejora para el ciudadano. La tecnología al servicio de la gente, y no al revés.

Vigilancia 24 horas

Cooper, que una vez más ha enseñado su famoso "ladrillo", el Motorola de casi un kilo de peso con el que comenzó la carrera mundial de la telefonía móvil, cree que la misma"además de darnos la libertad de estar en cualquier lugar, entretiene, educa y el futuro será aún más maravilloso". Para ello hay que conseguir controlar que se hace con "todos estos datos que se van a almacenar". La solución, tratar de lograr "un equilibrio entre polos opuestos" para que la revolución que viene beneficie al ciudadano.

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