De entrada, las fundas de las almohadas se ven expuestas a factores que las 'ensucian' acusadamente: con solo usarlas una vez, estás llenándolas de células muertas, cremas, maquillaje, pelos, además de lo que hemos ido cogiendo a lo largo del día, como polen, hongos, caspa de animales y partículas de suciedad. Si a esto le sumamos el sudor, dadas estas noches calurosas, el resultado es una dosis microbiana y bacteriana importante a nuestra piel y organismo.
Por eso, ante la pregunta de si hay que lavar la ropa de cama más en verano, la respuesta es bastante obvia clara: más que en circunstancias normales. Pero, ¿cuánto de más? Depende. No en todos los sitios hará el mismo calor ni la gente sudará tanto, ni siquiera en todas las casas hace la misma temperatura: no es lo mismo una casa de Asturias, que una de Murcia. Por eso, se trata de una cuestión más personal que objetiva.
Lo que está claro es que lavar las fundas de las sábanas una vez todavía no vale con este tiempo y, mientras esta situación perdure, hagas un cambio de la ropa de las almohadas cada tres días.
En cuanto a los ácaros… la situación se complica
Mientras que estos bichitos eran incapaces de sobrevivir a los 40 grados que hemos tenido en julio y agosto, ahora el calor no tan extremo y la humedad del sudor podrían convertir tu almohada en el hábitat idóneo para su supervivencia y proliferación. Según una investigación de la Universidad de Kingston, en Inglaterra, una cama promedio alberga hasta 1.5 millones de ellos ante estas condiciones.
Cambiar la funda más a menudo y darte una ducha antes de entrar a la cama garantizaría la higiene y evitaría las posibles alergias, el asma, el taponamiento nasal, los estornudos y el picor de las probables rinitis.