Cada verano es más común ver en las costas de nuestro país numerosos grupos de personas que se acercan a los turistas para venderles diversos productos a pie de playa, y es que mientras disfrutamos del sol y el mar nos ‘da pereza’ movernos y sucumbimos a comprar algunos de estos productos.
Se ha difundido un vídeo en las redes sociales en el que se ve como muchos de estos vendedores que se dedican a ofertar comida y bebida en las playas de Marbella, guardaban y preparaban dichos alimentos en un lamentable estado de conservación e higiene. Convierten los coches en pastelerías y fruterías.
Los expertos alertan de la peligrosidad de comernos esta comida, ya que las altas temperaturas alcanzas en el coche pueden, junto con el paso de las horas, hace que la comida expuesta a más de 45ºC genere bacterias que pueden provocar una intoxicación alimentaria. Si dejamos el tupper al sol, aumenta en calor en su interior, sube la humedad dentro del recipiente y se dispara el crecimiento de gérmenes. Los niños y los ancianos tienen el mayor riesgo de intoxicación alimentaria.
Con el calor los microbios patógenos, es decir, los que provocan enfermedades, pueden multiplicarse de forma rápida. “La situación inmunitaria de la persona que lo consume puede quedar desde un susto un mal rato de una diarrea pero pueden ser muy graves”, nos dice Rocío Sánchez, médico nutricionista.
Puede oler y tener una pinta excelente, pero lo cierto es que sabiendo cuales son las condiciones en las que se prepara da de todo menos hambre.
Síntomas de una intoxicación alimentaria
¿Qué hacer?
En especial si tienes vómitos y diarrea líquida. Beber poco a poco agua con limón o infusiones. Es especialmente importante en niños y en ancianos.
Es fundamental que nuestro cuerpo reponga energías, en el caso de comer debe ser dieta blanda y limpia.
Durante las primeras horas es necesario dejar descansar al estómago, mientras las defensas 'lucharan' por acabar con la bacteria.
Lavarse las manos, no comer de la comida de otros ni los demás de la nuestra, ya que podemos contagiarles.
“La playa da mucha hambre”, afirma uno de los bañistas. Se recomienda que para evitar estos posibles sustos, mejor hacer el esfuerzo, levantarnos, y buscar otro sitio más higiénico donde seguir disfrutando del sol y el ambiente.