El talón de Aquiles para frenar los rebrotes: cazar a los asintomáticos que contagian

  • Se propaga a través de las gotículas que expulsa una persona infectada

  • Si mantenemos la distancia de seguridad el riesgo de contagio es muy bajo

  • Hasta el 45% de los contagios de COVID-19 pueden ser asintomáticos

Desde que surgió el coronavirus miles de científicos y expertos se han puesto manos a la obra para tratar de encontrar todas las respuestas a este virus que ha provocado una crisis sanitaria mundial. Así, hoy en día, casi 5 meses después de su aparición, la información que tenemos sobre él es mucho más completa.

Su principal forma de trasmisión es clara: a través de las gotículas respiratorias que expulsa una persona infectada. Si estas entran en contacto con los ojos, la nariz o la boca de otra persona, entonces se produce el contacto.

Acciones como hablar y respirar producen esas gotículas respiratorios que se pueden dispersar por las corrientes de aire y contagiar a las personas que tengamos muy cerca. De ahí la importancia de la distancia de seguridad: con dos metros de separación, este riesgo es muy bajo.

Además, si a esta medida le sumamos el uso de mascarilla, el coronavirus se propagará de manera mucho menor, según los expertos. Por tanto, los espacios cerrados siguen siendo más peligrosos para esta propagación que los abiertos, porque la distancia de seguridad con otras personas tiende a ser menor y hay un mayor contacto.

La tos y la fiebre, los síntomas principales

La tos y la fiebre persistentes son los síntomas más frecuentes asociados con el COVID-19. Otros síntomas importantes incluyen fatiga, pérdida de la capacidad olfativa y dificultad para respirar. Los investigadores también reconocen que es probable que haya una gran proporción de personas que tuvieron el virus pero no mostraron síntomas.

De los 24.410 casos de un estudio Universidad de Leeds, se encontró que el 78 por ciento tenía fiebre, aunque esto tendía a variar entre países: con 72 por ciento de fiebre reportada por los pacientes en Singapur y 32 por ciento en Corea. El 57 por ciento informó de tos. Una vez más, esto varió entre los países, con el 76 por ciento de los pacientes que informaron de tos en los Países Bajos en comparación con el 18 por ciento en Corea. El 31 por ciento dijo haber sufrido fatiga. El 25 por ciento perdió la capacidad de oler. El 23 por ciento informó tener dificultad para respirar.

Los investigadores creen que la variación en la prevalencia de los síntomas entre los países se debe, en parte, a la forma en que se recogieron los datos. De los pacientes que necesitaban tratamiento hospitalario, el 17 por ciento necesitaba ayuda no invasiva para respirar; el 19 por ciento tuvo que ser atendido en una unidad de cuidados intensivos, el nueve por ciento necesitaba ventilación invasiva y el dos por ciento necesitaba oxigenación por membrana extracorpórea, un pulmón artificial.

"Este análisis confirma que la tos y la fiebre fueron los síntomas más comunes en las personas que dieron positivo en COVID-19. Esto es importante porque asegura que las personas que son sintomáticas pueden ser puestas en cuarentena, para que no infecten a otros. El estudio da confianza al hecho de que hemos estado en lo cierto al identificar los principales síntomas y puede ayudar a determinar quién debe hacerse la prueba", explica Ryckie Wade, de la Universidad de Leeds.

Hasta el 45% de los contagios de COVID-19 pueden ser asintomáticos

Un extraordinario porcentaje de personas infectadas por el virus del COVID-19, hasta el 45 por ciento, nunca muestra síntomas de la enfermedad, según los resultados de un análisis de Scripps Research (Estados Unidos) de conjuntos de datos públicos sobre infecciones asintomáticas.

Los hallazgos sugieren que las infecciones asintomáticas pueden representar un papel significativo en la temprana y continua propagación de COVID-19. El informe destaca la necesidad de realizar pruebas exhaustivas y de rastrear los contactos para mitigar la pandemia.

"La propagación silenciosa del virus hace que sea aún más difícil de controlar. Nuestra revisión realmente destaca la importancia de las pruebas. Está claro que con una tasa tan alta de asintomáticos, necesitamos echar una red muy amplia, de lo contrario el virus continuará evadiéndonos", explica el líder de la investigación, Eric Topol.

"Lo que virtualmente todos ellos tenían en común era que una gran proporción de los individuos infectados no presentaban síntomas. Entre los más de 3.000 presos de cuatro estados que dieron positivo para el coronavirus, la cifra fue astronómica: 96 por ciento asintomáticos", argumenta Oran.

La revisión sugiere además que los individuos asintomáticos son capaces de transmitir el virus durante un largo período de tiempo, quizás más de 14 días. Las cargas virales son muy similares en personas con o sin síntomas, pero sigue sin estar claro si su infecciosidad es de la misma magnitud. Para resolver esa cuestión, necesitaremos estudios a gran escala que incluyan un número suficiente de personas asintomáticas.

Los autores también concluyen que la ausencia de síntomas puede no implicar una ausencia de daño. Las tomografías computarizadas realizadas en el 54 por ciento de los 76 individuos asintomáticos del crucero Diamond Princess parecen mostrar anormalidades pulmonares subclínicas significativas que aumentan la posibilidad de que la infección por SARS-CoV-2 afecte la función pulmonar que podría no ser evidente de inmediato.

Cuidado con los asintomáticos: también pueden contaminar el entorno

Los enfermos de la covid-19 -tanto si tienen síntomas como si no- tienen la capacidad de contaminar el entorno, lo que destaca la importancia de la limpieza ambiental de las áreas ocupadas por estos pacientes, según un estudio realizado en China.

Ingresar a los pacientes con coronavirus en habitaciones de aislamiento con presión negativa para evitar la dispersión del patógeno fuera de ellas "puede dar una falsa sensación de seguridad, por lo que se debe hacer hincapié en una rigurosa limpieza del entorno".

Así lo indica, en un comunicado la Sociedad Americana de Microbiología, el autor principal del estudio Zhiyong Zong, del Hospital de China Occidental.

El equipo investigó muestras del entorno y el aire de seis habitaciones de presión negativa, pero no de UCI, con 13 enfermos de covid-19 confirmados, entre ellos dos asintomáticos.

Las muestras analizadas incluían, objetos como las barandillas de las camas, los picaportes de la habitación y el baño, los interruptores de la luz, mesillas, sábanas, almohadas, paredes, suelos y salidas de aire.

Los investigadores descubrieron que 44 de las 112 muestras recogidas en superficies (39,3%) dieron positivo por SARS-COV-2, mientras que todas las relativas al aire fueron negativas.

Estos resultados "sugieren" que el entorno de dichas habitaciones de pacientes con síntomas leves o sin ellos estaba "ampliamente contaminado por SARS-Cov-2", dice en el comunicado Zong.

En este sentido, indica que en una habitación individual con un paciente asintomático, dieron positivo la barandilla de la cama, la almohada, las sábanas y la salida de aire.

Los pacientes asintomáticos con COVID-19 pueden contaminar su entorno y, por lo tanto, hacer que las personas que tienen contacto directo con ellos, como sus familiares y el personal sanitario, se vean expuestos al SARS-CoV-2, agrega la nota.

Así, los investigadores consideran que el aislamiento de los enfermos asintomáticos de covid-19 en casa "impone riesgos a sus familiares" y que los hospitales de campaña "pueden ser una opción mejor".