Este tipo de larvas debe su nombre de procesionarias del pino a su forma de desplazarse, ya que suelen hacerlo en fila, como si se tratara de una procesión. El buen tiempo es su principal motivación y es con éste con el que suelen salir y hacerse notar.
Enamoradas de los bosques donde haya coníferas, las procesionarias suben a las copas de los árboles para formar grandes e importantes bolsones de una tela que producen, ocasionando graves problemas al medio ambiente.
Pero esto no es todo, las procesionarias del pino son un tipo de orugas recubiertas de pelo, que es extremadamente urticante. Esto produce importantes reacciones alérgicas y fuertes erupciones en la piel de los humanos, tanto niños como adultos, por lo que se debe tener mucha precaución de no tocarlas y andar con mil ojos con los más pequeños.
Además, uno de los mayores riesgos que generan es respecto a las mascotas. Los perros que suelen pasear por parques y bosques donde se encuentren estas pequeñas larvas corren el peligro de intentar olfatearlas e incluso comerlas. El contacto del pelo de estos insectos con el de nuestras mascotas puede llegar a resultar mortal para estas últimas.
La Guardia Civil ha querido prevenir de este problema con un comunicado en el que avisa de estar atentos sobre todo a los perros, para evitar que entren en contacto o ingieran a las procesionarias, que les podrían originar graves heridas e incluso la muerte.
El incremento de temperaturas que se esperan para la próxima semana ya es una alerta de que las plagas de estas orugas florecerá, por ello precaución y mayor atención a los niños y mascotas y, por supuesto, a nosotros mismos, es lo más recomendable para prevenir mejor que curar.