Las presiones para reabrir el turismo y la oposición a prorrogar más el estado de alarma llevó a abrir las puertas de España el 21 de junio. La economía hizo pisar el acelerador de la desescalada y precisamente esas prisas han sido, según los epidemiólogos, nuestro gran error y el motivo por el que hoy somos el país europeo que más contagios tiene.
Las comunidades autónomas prometieron sistemas de rastreo y control, que nunca llegaron. Hoy siguen faltando sanitarios y rastreadores, justo aquí está la clave si nos comparamos con Italia, el país por donde entró el coronavirus en Europa. En marzo estaban peor que nosotros y hoy tienen menos de la mitad de casos: 308 mil frente a nuestros más de 700 mil. Un sistema de rastreo y aislamiento eficaz y la inversión en 30 mil sanitarios extra ha sido su receta.
Los nuevos casos de coronavirus mantienen los niveles del día anterior en prácticamente todas las autonomías, de las cuales Madrid sigue acaparando titules, por seguir siendo el epicentro de la pandemia en España y por el conflicto todavía abierto con el Gobierno central.
La tónica general es que descienden ligeramente los nuevos contagios, excepto en Cantabria, Murcia, Navarra y País Vasco, pero aumentan en casi todas las regiones el número de ingresos hospitalarios, según los datos oficiales facilitados por algunas comunidades en las que, entre otras, no figura Madrid, que continúa con sus diferencias con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Y es que la insistencia del ministro de Sanidad, Salvador Illa, para que la Comunidad de Madrid siga las recomendaciones científicas para tomar el control de la epidemia y doblegar la curva, ha provocado discrepancias.
No obstante, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho que aceptaría cerrar todas las poblaciones de más de 500 contagios por cada 100.000 habitantes -tal y como recomendaba Illa-, pero si es "en toda España".