Mujer con predisposición genética: el perfil del paciente con enfermedad autoinmune

  • El 80% de todas las personas afectadas por trastornos autoinmunes tienden a ser mujeres debido a la variación dentro de los cromosomas sexuales y los cambios hormonales

  • A menudo pueden ser hereditarios; por lo tanto, es crucial que las personas que están potencialmente en riesgo estén al tanto de su historia familiar completa

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que existen más de ochenta enfermedades autoinmunes que afectan a entre el 3% y el 7% de la población occidental. De este porcentaje, se estima que el 80% de las personas que sufre alguna de estas patologías son mujeres. En España, en 2018, el 47% de los hombres fue diagnosticado de una enfermedad autoinmune frente al 53% de mujeres. Las enfermedades autoinmunitarias son aquellas en las que el sistema inmunitario de la persona afectada no diferencia entre tejido sano y antígenos potencialmente dañinos; es el caso de la artritis reumatoide, psoriasis, artritis psoriásica, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o el lupus eritematoso sistémico (LES).

Silvia Sánchez-Ramón, jefa del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explica que "las enfermedades autoinmunes se caracterizan por una respuesta inmunológica anómala frente a los tejidos propios, produciendo una lesión de estos y un defecto funcional. Pueden afectar a cualquier tejido del organismo; por ejemplo, en la esclerosis múltiple se produce un daño a la mielina del cerebro por las propias células del sistema inmunitario; o en la tiroiditis de Hashimoto a la glándula tiroides. En otros casos afectan varios órganos o sistemas. La prevalencia global de las enfermedades autoinmunes se estima en un 7% de la población general, aunque probablemente esté subestimado debido a la variación que existe entre diferentes poblaciones".

El estudio 'La prevalencia de los trastornos autoinmunes en las mujeres: una revisión narrativa', publicado en 2020, afirma que estas enfermedades son resultado de múltiples factores, desde genéticos hasta esporádicos. El artículo ofrece algunas referencias de algunos de estos trastornos, la edad promedio de aparición y la prevalencia en cuanto al sexo biológico: "El inicio del síndrome de Sjögren generalmente se observa alrededor de los 40 a 60 años, afectando a las mujeres en una proporción de 9:1. El inicio del LES se puede observar entre los 15 y los 55 años; presentando una prevalencia de siete mujeres frente a un hombre. La esclerosis sistémica generalmente se define entre los 20 y los 50 años y afecta a las mujeres en una proporción de 3:1. La artritis reumatoide se determina entre los 30 y los 60 años, con una afectación de tres mujeres frente a un hombre".

El doctor Salvador García Morillo, coordinador del Grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (GEAS) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), declara que "las enfermedades inmunes son más comunes en mujeres que en hombres (1-3 hombres frente a 7-9 mujeres), y todas son muy infrecuentes en la edad pediátrica, donde presentan una elevada complejidad". Sin embargo, continúa el coordinador de GEAS, "se observa una alta prevalencia después de la pubertad en la mayoría de las pacientes, agrupándose especialmente en la edad reproductiva. En las pacientes de edades más jóvenes o mayores a ese grupo etario se dividen de manera más uniforme entre los sexos".

Los signos y síntomas de estas enfermedades varían con el ciclo menstrual y cambian la gravedad durante el embarazo

Las patologías asociadas al sistema inmune varían respecto a su gravedad. La mayoría de las investigaciones coinciden, según el doctor García Morillo, en que "los signos y síntomas de estas enfermedades varían con el ciclo menstrual y cambian la gravedad durante el embarazo". En el caso de las mujeres, por lo tanto, el aumento de los niveles de estrógenos podría ser el causante de las enfermedades autoinmunes en muchas de ellas. "Existen abundantes datos que demuestran que las hormonas sexuales tienen múltiples efectos sobre el sistema inmunológico. Por ejemplo, la sorprendente diferencia por sexo en la aparición de lupus indica que los factores sexuales (incluidas las influencias genéticas y hormonales) pueden ser importantes en la etiología y patología de esta enfermedad", añade el representante de la SEMI. Una opinión que coincide con la de la doctora Sánchez-Ramón, quien sostiene que "la causa de este dimorfismo sexual en las enfermedades autoinmunes se ha atribuido clásicamente al efecto de las hormonas sexuales como moduladoras de la respuesta inmunológica, ya que en general se producen en mujeres en edad reproductiva. Durante el embarazo, el curso de muchas enfermedades autoinmunes mejora y en el postparto, empeoran. Diversos estudios han demostrado un efecto genético derivado de los cromosomas sexuales en el par 23: X en mujeres e Y en hombres, y a un defecto de la inactivación del gen X durante el desarrollo embrionario".

La predisposición de las mujeres a desarrollar una enfermedad autoinmune estaría directamente relacionada con la presencia de dos cromosomas X frente a los hombres que poseen solo uno. La experta en inmunología del Hospital Clínico San Carlos opina que esto se debe a que "el cromosoma X contiene un número mucho mayor de genes que codifican proteínas que el cromosoma Y (aproximadamente 900 frente a 60) y además muchos más genes relacionados con la respuesta inmunológica, tanto innata como adquirida. Esta diferencia implica una ventaja de las mujeres frente a la respuesta a infecciones de los hombres, pero un mayor riesgo de alteraciones y, por tanto, de autoinmunidad". Durante el desarrollo embrionario se produce en cada célula un fenómeno muy interesante, que es la inactivación de uno de los cromosomas X, para evitar la sobreexpresión de genes, cuyos mecanismos son todavía poco conocidos. "Una inactivación diferente de los cromosomas X de origen materno o paterno en células de nuestro organismo podrían ser la fuente de proteína inductoras de autoinmunidad, como se ha estudiado en el lupus eritematoso. Algunos genes asociados a la respuesta inmunológica escapan a la inactivación del cromosoma X y se expresarán en dosis doble de proteínas implicadas en las enfermedades autoinmunes, contribuyendo en algunos casos al desarrollo de estas", asegura la inmunóloga Sánchez-Ramón.

Además, las enfermedades autoinmunes se consideran trastornos multifactoriales, donde entran en juego factores genéticos predisponentes, factores inmunológicos y factores ambientales, como infecciones, la dieta, fármacos, estrés crónico, etc. La jefa del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico San Carlos establece que, en cuanto a los factores genéticos, "son principalmente factores predisponentes asociados a activación de la inmunidad celular, como son las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA)". Por ejemplo, dice esta experta, "un caso en el que esta asociación es muy marcada es la enfermedad celiaca con el HLA-DQ2 y DQ8, presente en hasta un 98% de los pacientes. Sin embargo, hasta un 30% de la población española posee uno de estos HLA, lo cual significa que es un factor necesario, pero no suficiente. Existen algunos ejemplos de enfermedades autoinmunes por mutación de un único gen y que presentan una herencia mendeliana, que afortunadamente son muy raras, asociando múltiples manifestaciones autoinmunes e inflamatorias y mayor gravedad”.

Ante este tipo de enfermedades no existe un trabajo de prevención, pero sí de diagnóstico temprano y precoz. Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), cree conveniente "detectarlas de forma temprana, antes de que haya muchos síntomas. Este trabajo facilita su manejo, tratamiento y pronóstico". En esta labor de diagnóstico es imprescindible sospechar que pueda tratarse de una enfermedad de este tipo. El presidente de la SEI afirma que "existen ciertas herramientas diagnósticas para poder adelantar, junto con los síntomas y signos clínicos, que se trata de una enfermedad autoinmune. También la asociación de este tipo de patologías en una misma familia puede hacernos sospechar que puede ser genética. No la misma enfermedad, pero sí enfermedades autoinmunes de distinto tipo porque pueden ser sistémicas afectando a muchos órganos al tiempo u órganos específicos. Además, hay otra cosa importante en cuanto a este tipo de patologías y es saber que existe agregación familiar, que más de un miembro de una familia tiene enfermedad autoinmune, y que habitualmente son mujeres -generalmente, se encuentran en la tercera o cuarta década de la vida y suelen agrupar más de una enfermedad autoinmune-”, concluye este experto.