Los riesgos de obsesionarse con las apps que etiquetan alimentos: Jara dejó de comer

  • Jara se obsesionó con las aplicaciones de etiquetado de alimentos: “Somos muchos los que hemos sufrido esto, los suficientes como para que los influencers de nutrición reflexionen sobre su papel en los TCA”

  • Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son muy complejos, pudiendo influir las recomendaciones que vemos en Instagram o TikTok

  • Pide ayuda psicológica si la alimentación controla tu vida, si cada vez que piensas en comer sientes culpabilidad o ansiedad y si evitas planes con amigos por miedo a comer ultraprocesados

Los tiempos cambian, y la forma de abordar los Trastornos de la Conducta Alimentaria también. En la actualidad nos comparamos con desconocidos de Instagram, basamos nuestra alimentación en la dieta recomendada por el influencer viral del momento, y dependemos de aplicaciones a la hora de hacer la compra.

No era de esperar que estos nuevos hábitos provocasen debate en redes sociales. Por un lado, el uso inadecuado de plataformas como TikTok donde abundan adolescentes y menores de edad, ha despertado la indignación de psicólogos y nutricionistas.

¿Se promueven los trastornos de la conducta alimentaria en TikTok?

Según el informe anual sobre hábitos digitales en menores de edad de la plataforma Qustodio, la aplicación más utilizada por menores de 15 años durante la cuarentena fue TikTok. En ella podemos ver desde bailes o cambios de look, hasta un tipo de vídeo llamado 'Lo que como en un día'. Como su nombre indica, en un minuto los adolescentes comparten su desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

La polémica surgió cuando uno de esos vídeos fue criticado por un usuario adulto de TikTok, aludiendo a la cantidad de calorías que estaba consumiendo una menor. La respuesta a este vídeo no se hizo esperar, y psicólogos y nutricionistas comenzaron a explicar que instaurar en adolescentes esa obsesión con las calorías no era lo más adecuado.

Es importante clarificar que los TCA o Trastornos de la Conducta Alimentaria son muy complejos y multifactoriales. Esto significa que influyen muchos aspectos. La anorexia nerviosa no surge de la noche a la mañana por ver un TikTok de un desconocido o porque alguien te diga la cantidad de calorías que te estás llevando a la boca, pero sí que puede influir.

Cuando te expones constantemente a este tipo de mensajes, es más probable que surja una relación negativa con la alimentación y con tu propio cuerpo. Y teniendo en cuenta que los españoles pasamos una media de 5 horas y 18 minutos diarios conectados a Internet según Hootsuit, es muy probable que a diario nos topemos con mensajes sobre hábitos saludables que de saludables tienen poco.

Aplicaciones de etiquetado de alimentos: ¿enemigas o aliadas?

A la influencia de Instagram y TikTok se suman otro tipo de aplicaciones: las de etiquetado de alimentos. Generalmente funcionan escaneando un código de barras que te proporciona información nutricional sobre el alimento en cuestión: calorías, hidratos de carbono, proteínas, grasa, etc. Algunas incluso lo etiquetan como un alimento bueno en color verde, un alimento del que no se debe abusar en color anaranjado, o un alimento malo en color rojo.

Para Jara, de 26 años, este tipo de aplicaciones supuso el primer peldaño de una escalera hacia la bulimia nerviosa. “Pensaba 76 kilos y un día empecé a seguir una cuenta de Instagram sobre alimentación saludable. Me gustaban muchos los planteamientos y me enganché”, recuerda. “También convencí a mi novio para empezar a comer mejor los dos y motivarnos mutuamente”.

“El primer mes adelgacé muy poco, pero estaba súper bien física y mentalmente”, relata la joven. El problema llegó cuando comenzó a adentrarse en este tipo de cuentas sobre hábitos saludables. “Me di cuenta de que tenía un problema cuando quedé con unos amigos para cenar y me sentí tan culpable, que al siguiente día no comí nada”.

“Era Navidad y vi a un nutricionista decir que no pasaba nada por no comer el día después de una comida importante para compensar. Ahí ya empecé a venirme abajo. Si un día comía más de la cuenta, al día siguiente me castigaba sin comer o matándome a hacer ejercicio”, comparte. Estos cambios se reflejaron en la báscula y en su estado de salud. “Adelgacé casi 25 kilos y todos me decían que estaba genial, pero tenía una ansiedad brutal, eccemas en la piel, una caída de pelo tremenda y problemas de estómago todo el rato”.

Somos muchos los que hemos sufrido esto, los suficientes como para que los influencers de nutrición reflexionen sobre su papel en los TCA

A mayores, los cambios también afectaron a sus relaciones personales. “Un TCA no solo te jode la vida a ti. También afectaba a mi novio, a mis amigos y a mi familia. Me convertí en la típica persona insoportable que juzgaba lo que comían los demás. Si mi hermano subía unos stories comiéndose un helado en verano o una pizza con sus amigos, yo le respondía diciendo que como podía comer esa mierda ultraprocesada y que su cuerpo iba a acabar jodido”.

Para Jara, los grandes responsables de su Trastorno de la Conducta Alimentaria fueron las redes sociales y las aplicaciones de etiquetado de alimentos. “Iba a hacer la compra con la aplicación en la mano. A lo mejor tardaba dos horas en comprar porque analizaba cada etiqueta. Me volví una esclava de la aplicación. Para comer contaba cada caloría por gramo y si me pasaba en la comida, no cenaba”, relata. “A lo mejor a otra persona no le habría pasado lo que a mí, pero yo creo que somos muchos los que hemos sufrido esto. Los suficientes como para que los influencers de nutrición reflexionen sobre su papel en los TCA”.

A Jara se han sumado decenas de usuarios en Twitter que han compartido como las aplicaciones de etiquetado de alimentos y los hábitos restrictivos han desembocado en un Trastorno de la Conducta Alimentaria.

Los riesgos que pueden provocar las redes sociales en nuestra salud

Es importante alimentarse de forma saludable. Es decir, aumentando el consumo de verduras y frutas, evitando harinas y azúcares refinados en la medida de lo posible, dejando de lado los fritos de vez en cuando y un largo etcétera de recomendaciones que todos sabemos porque son más viejas que el hilo negro. Pero no solo importa la salud física, también la salud mental.

Por eso si quieres mejorar tu estilo de vida, debes tener en cuenta lo siguiente:

  • Un estilo de alimentación restrictivo aumenta la probabilidad de atracones.
  • Las aplicaciones de etiquetado de alimentos pueden ser útiles para conocer mejor nuestro estilo de vida y para elaborar platos más nutritivos, pero no deben convertirse en una obsesión.
  • Las dietas hipocalóricas te hacen perder peso rápido, pero también aumentan la probabilidad de padecer obesidad en el futuro.
  • Hasta ahora se conocían los riesgos de las dietas hipercalóricas, pero cada vez se está investigando más la influencia de una alimentación muy restrictiva y baja en calorías en el desarrollo de enfermedades cardíacas y cáncer.
  • No siempre es viable mantener un estilo de alimentación totalmente saludable. Influyen el tiempo y los recursos económicos.
  • No se acaba el mundo si algún día te apetece comerte un bocadillo con mayonesa o unas galletas de chocolate. No te sientas culpable. No hagas ayuno al día siguiente. No te mates haciendo ejercicio para eliminar esas calorías. No recurras a métodos purgativos como laxantes o vómitos. Disfruta lo que acabas de comer y sigue con tu alimentación normal. Ni es un retroceso en tus hábitos de salud, ni va a estropear todos tus avances.
  • Si alguien te da recomendaciones que te hacen sentir ansiedad ante determinados alimentos o rechazo hacia tu cuerpo, huye. Da igual si es tu padre, tu novio o el influencer que lo está petando en Instagram.

Pide ayuda psicológica si la alimentación controla tu vida, si cada vez que piensas en comer sientes culpabilidad o ansiedad y si evitas planes con amigos por miedo a comer ultraprocesados.