La rinosinusitis crónica está relacionada con los cambios en la actividad cerebral

  • La doctora Aria Jafari indica que la inflamación persistente afecta mucho a la calidad de vida

  • Los 22 sujetos estudiados con rinosinusitis crónica no mostraron signos de deterioro cognitivo

  • Los tratamientos pueden durar varios años y la gravedad de la dolencia suele ir en ciclos

La rinosinusitis crónica, que causa congestión nasal persistente y dolores de cabeza entre otros síntomas, afecta a millones de personas en el mundo. Por ejemplo, en Estados Unidos, la sufre el 11% de la población. Una investigación ha encontrado un vínculo entre la afección y los cambios en la actividad cerebral.

El equipo detrás del estudio espera que dicha conexión ayude a explicar algunos de los otros efectos comunes de la inflamación persistente: dificultad para concentrarse, lucha contra episodios de depresión, dificultad para dormir y mareos.

"Este es el primer estudio que relaciona la inflamación crónica de los senos nasales con un cambio neurobiológico", asegura la otorrinolaringóloga Aria Jafari, de la Universidad de Washington (Estados Unidos). "Sabemos por estudios anteriores que los pacientes que tienen sinusitis a menudo deciden buscar atención médica no porque tengan secreción nasal y presión en los senos nasales, sino porque la enfermedad está influyendo la manera en que interactúan con el mundo", indica la doctora, añadiendo que "no pueden ser productivos, pensar es difícil, dormir es pésimo. Afecta ampliamente su calidad de vida".

Los investigadores aprovecharon los datos del Proyecto Conectoma Humano para encontrar 22 sujetos que vivían con rinosinusitis crónica y 22 sujetos de control sin inflamación de los senos nasales. Los datos de las imágenes por resonancia magnética funcional se utilizaron luego para comparar el flujo sanguíneo y la actividad neuronal en el cerebro.

En aquellos con inflamación de los senos nasales, los investigadores detectaron una menor conectividad funcional en la red frontoparietal (utilizada para la atención y la resolución de problemas), una mayor conectividad funcional en la red de modo predeterminado (vinculada a la autorreferencia y la distracción mental) y una menor conectividad funcional en la red de prominencia (que gestiona los estímulos externos, la comunicación y el comportamiento social).

Las diferencias fueron más significativas en las personas con rinosinusitis más grave, anotó el equipo. En conjunto, estos puntos de actividad aumentada y disminuida en el cerebro podrían estar detrás de los síntomas que informan las personas.

Sin embargo, los 22 sujetos con rinosinusitis crónica no mostraron signos notables de deterioro cognitivo en las pruebas. Como fueron seleccionados de un grupo de personas de 22 a 35 años, los investigadores piensan que este tipo de declive puede ocurrir más adelante en la vida, algo que un estudio longitudinal podría detectar.

"Los sentimientos subjetivos de disminución de la atención, las dificultades para concentrarse o los trastornos del sueño que experimenta una persona con inflamación de los senos nasales podrían estar asociados con cambios sutiles en la forma en que las regiones del cerebro que controlan estas funciones se comunican entre sí", explica la otorrinolaringóloga Kristina Simonyan, de la estadounidense Universidad de Harvard.

Los tratamientos actuales para la rinosinusitis pueden durar varios años, y la gravedad de la inflamación suele ir en ciclos y engrosar los tejidos de los senos nasales (como la piel callosa). Si bien la cirugía puede ayudar, no es garantía de que los síntomas de la enfermedad no vuelvan a ocurrir.

A pesar de que esta nueva investigación no muestra que la inflamación crónica de los senos paranasales cause directamente cambios en la actividad cerebral, la asociación es lo suficientemente fuerte como para que valga la pena seguir investigando.

"Nuestra atención no debe limitarse a aliviar los síntomas físicos más evidentes, sino toda la carga de la enfermedad de los pacientes", manifiesta Jafari.